Muchas mujeres soñamos con el día de nuestra boda y con caminar hacia el altar para decir: “Sí, acepto”. Por supuesto que los planes a futuro y el deseo de formar una familia son importantes, pero la prioridad es la ceremonia y la fiesta. La organización y el desarrollo de un evento así no es tan sencillo como lo pintan y más vale estar preparada. Por eso hoy te quiero contar todo lo que te gustaría saber de los preparativos para casarte.
Te piden mucho papeleo en la iglesia y no hay fechas disponibles
De hecho, ¡hasta flojera te va a dar! Es muy fácil cuando vas a la boda de otra persona en la iglesia. Pareciera que solo es una misa y ya. Sin embargo, las fechas siempre están saturadas, además de que es costoso y necesitas muchos papeles. Dependiendo de la religión pueden variar, pero de que te tardas en este proceso, te tardas. Con el salón de fiestas no hay tanto papeleo, pero debes ser consciente de las fechas y ser puntual.
Los invitados pueden arruinar tu maquillaje
Y no solo el maquillaje, también el peinado o incluso el vestido. En serio. Como ejemplo te cuento rápido una mala experiencia que tuve al saludar a una novia. Yo tenía puesto un brazalete con pedrería pequeña, al momento de saludarla y abrazarla uno de los hilos de su vestido de encaje se atoró con mi pulsera. Fue algo incómodo porque ese hilo quedó suelto y era notorio. En fin, si esto me pasó a mí de seguro algo similar te puede ocurrir a ti. Ten a una persona de confianza para que te ayude a retocar tu maquillaje y arreglar tu vestuario.
A un mes de la boda te da mamitis
Pasas tanto tiempo con tus papás durante los preparativos para casarte que cuando se aproxima la fecha sientes mucha nostalgia. Tranquila, es normal, estás a punto de comenzar una nueva etapa al lado de otra persona. Casarse es parte de crecer y no debes sentirte mal por ello.
Tienes que ser firme en tus decisiones
Antes de casarte tendrás un montón de dudas acerca de la organización de la boda. Todas van a querer opinar: tu mamá, tu mejor amiga, tu hermana, alguna tía y hasta tu suegra. Obvio, no sabrás ni a quién hacerle caso cuando elijas el pastel o las flores. Solo recuerda que es tu boda, no la de ellas.
¡Disfruta los preparativos!