El terror, el pánico, el nerviosismo o las ganas de reírte porque no sabías qué otra cosa hacer… haya sido como haya sido, la cruda verdad es que la primera no se olvida.
El nerviosismo está a flor de piel y te puedo asegurar que más de un 80% de nosotras recuerda su primera vez como algo gracioso, ya que es el momento donde nos fijamos en detalles que después de un tiempo haciéndolo ya ni notamos. Es probablemente la única vez que has corrido con tus amigas a contar la anécdota y se han reído como nunca, ya que muy probablemente a las dos les ha pasado algo similar… desastre.
Dejando de lado el dolor momentáneo y el placer que hayamos sentido, la primera vez no sólo se trata de eso. Nuestro “estreno sexual”, suele ser algo que recordaremos toda la vida por lo que muchas esperan que sea un momento especial. Lo realmente valioso de esta experiencia es la calidez con la que tu pareja llevó las cosas, siempre que éste haya sido amable contigo y te haya dado la confianza, eso es lo que recuerdas con más cariño.
Al pasar el tiempo todo logra tener un tinte diferente. Nos deja con una enseñanza y una experiencia que vive en nuestra memoria como algo que no cambiaríamos por nada. En el caso de que haya sido algo bonito nos deja la sensación de ternura de nuestro primer encuentro, y si esta fue mala nos deja con una gran enseñanza. Al final, todo pasa por algo y ese momento queda plasmado como algo que dejó huella y dejó la puerta abierta para experiencias mucho más satisfactorias. Porque, aceptémoslo, la primera vez no se disfruta tanto como un tiempo después.
Realmente los dos involucrados tienen una perspectiva diferente de lo que pasó ese día, es por eso que te recopilamos nuestras versiones favoritas en dos enunciados o menos…
- “No duró demasiado, en realidad él no pudo mantenerse firme por mucho tiempo ya que le entró una llamada. Me quedé sentada desnuda a su lado mientras hablaba con su mamá”.- Anónimo.
- “Después de salir con él varios meses, me llevó a su departamento. A pesar de que fue especialmente cuidadoso, yo no podía parar de hablar de lo nerviosa que estaba. Fue muy extraño, no sentí absolutamente nada, solo fue incómodo y un poco doloroso”.- Anónimo.
- “Sus papás salieron por el fin de semana y nos decidimos a intentarlo, la peor pregunta que le pude hacer llegado el momento fue ¿en serio ya estás adentro? Me sentí muy culpable, se quitó inmediatamente. Creo que rompí un poco su autoestima”.- Anónimo.
- “Fue algo furtivo, no lo tenía planeado. Pasó en un estacionamiento de un centro comercial, al día siguiente me di cuenta de los moretones que tenía gracias a que su coche era demasiado pequeño. Créanme, no lo repetiría jamás”.- Anónimo.
- “Fue a los 19 años, nos sentimos culpables después de hacerlo. Por cierto que ahora es mi esposo”.- Anónimo.
- “Fue con un novio de la preparatoria. Fue muy sexy, ese chico me volvía loca. Lo único malo es que él tenía novia y después de aquel día no me volvió a marcar, me sentí muy mal por su novia de la cual yo no tenía conocimiento. Pero, en fin, no me arrepiento de nada”.- Anónimo.
- “Él estaba tan nervioso que no sabía qué hacer, fui yo la que tomó la iniciativa. Fue bastante doloroso y sangré un poco, fue lo más incómodo del mundo, pero después de eso mejoró al poco tiempo”.- Anónimo.
- “Fue lo más gracioso y aterrador. A mi novio le dio un ataque de asma, ¡ni siquiera sabía que fuera asmático! En ese momento no supe como reaccionar”.- Anónimo.
Por cierto, ¿cómo fue tu primera vez?…