Soy hija de una mami que trabajo toda la vida y estoy orgullosa de ella

Soy hija de una mami que trabajo toda la vida. Esto va para las chicas que al igual que yo tuvieron una madre trabajadora. La que muchas veces escogió su éxito profesional por encima de una tarde de muñecas. Con suerte alguna chica en el camino de la maternidad siendo una profesional logre leerme y quizás su preocupación por estar “arruinando la infancia de sus hijos” baje.

Mi mamá nunca se puso a jugar conmigo a las muñecas y eso no me dejo traumada

La palabra del día de hoy en el mundo de la maternidad es “trauma”. Ciertamente aparece en todo, desde el momento en que sales de la vagina de tu mamá al mundo tienes un trauma. Si le das una nalgada a tus hijos trauma, si les das una dieta con un par de dulces a la semana trauma, si no jugas con ellos, si le prestas más atención a la computadora o si no lo dejas entrar contigo a la junta de zoom, trauma. Venga siendo bien sinceras vas a traumar a tu hijo de mil maneras diferentes, no lo vas a poder evitar. Será trabajo de tu hijo salir adelante y sí, te aseguro que va a poder y romperá patrones que tu no pudiste. Así es la vida,, desde hace cientos de años. Recuerdo pocas veces que mi madre se sentó a jugar conmigo y te diré que eso no hizo de mi infancia algo malo.

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Recuerdo también ser la niña que jugaba en la oficina

Ser una madre trabajadora en los 90s seguía siendo algo revolucionario. Mi mamá nunca pudo hacerse amiga de las demás madres, tampoco asistía mucho a las juntas de la escuela. Cuando era niña no lo entendía, pero el día de hoy si yo hubiera estado en sus zapatos, también le hubiera dado prioridad a mi trabajo,, en vez de ir a una junta cuyas problemáticas y soluciones se pueden escribir en un mail. Mi madre nunca estuvo tan al pendiente de mi y tenía un carácter con poca paciencia. Aún así reconozco que mi infancia fue excelente. Soy hija de una madre que me dejaba leer lo que yo quisiera, quien me dio la mejor educación que le fue posible y aunque no hacía los lunch más ricos, me alimentaba como si fuese un adolescente de 100 kilos.

Debemos dejarle en claro a nuestras hijas que en cualquier momento pueden acudir a su madre

Siempre recibí amor a su manera

Vaya me llevo a ver Mulán como 5 veces al cine y me compró todos los vasos promocionales de mi peli favorita. Me cuido en mis noches de enfermedad que eran muchísimas, siempre fui delicada del estomago. A pesar de que crecí con una cantidad considerable de traumas, puedo decir que el día de hoy agradezco la mamá que me tocó. Porque el día de hoy me encuentro conscientemente rompiendo patrones. Se que soy muy amada por mis padres, por mi madre que a pesar de trabajar desde las 6 am hasta las 11 o 12 pm me brindo amor y todo lo que fue capaz de darme. A los 15 me compró mi primer rimel y me acompaño a comprar ropa que no era para nada de su gusto.

Ni tú ni yo somos madres perfectas, pero podemos ser las mejores

Mi madre y yo somos diferentes

Eso tampoco me trauma, tampoco tenemos una comunicación tan abierta sobre mi vida amorosa, pero yo me siento muy cómoda con eso. el día de hoy creo que no hay errores que mi madre haya hecho adrede. El caso es que las mamás son seres humanos y merecen una vida. Creo que siempre atesorare que me tuvo a los treinta tantos me dio mejores posibilidades de vida, me dio el tiempo que ella podía, las muestras de cariño que le fueron posibles y hasta el día de hoy me siento sumamente amada por mi madre.

Mensaje para las mamis que trabajan duro y priorizan su carrera por encima de sus hijos. Chicas no se compliquen tanto la vida, no son mejores ni peores madres que las demás. Solo son ustedes mismas y eso basta. Sí quieren un consuelo de una hija a madre, den su mejor esfuerzo, siempre den lo mejor de ustedes mismas. Eso se va a ver reflejado más adelante. Se los aseguro. Dedíquense a educar con ejemplo, pongan límites, den amor y cuídense a ustedes mismas.