Jamás imaginé tener un gato en casa y menos cuando durante mucho tiempo había dicho que los gatos no eran un animal que me causara asombro o gustara. En realidad era todo lo contrario, pues me daban miedo. Tal vez debido a que jamás había tenido a uno tan cerca, jamás había convivido con ellos y pensaba que en todos los sitios donde hubiera alguno olía feo. Eso era sólo cuando los dueños no limpiaban los areneros, no era culpa de los gatos.
Qué se siente tener un gato en casa
Retomando el tema, tiempo después decidí adoptar un gato, porque cabe en el lugar en el que vivo. Porque quería tener un compañero de aventuras y porque quería darle una oportunidad a esos místicos animalitos. Una vez que llegó a casa, no sabía cómo reaccionar, cómo tratarlo. Poco a poco se fue ganando mi corazón esa pequeña bola de pelos. Con el paso del tiempo me di cuenta de varias cosas…
Son los dueños de la cama, el sillón y…
Así es, los gatos se convierten en los dueños de toda la casa. Primero empiezan con un sillón, luego con un pedazo de tu cama y al final terminan desparramándose por completo. Tú eres quien tiene que pedirle permiso para que te dé un poco de sitio para que puedas acostarte o sentarte a ver la tele.
La mejor cama para ellos son tus piernas
Aunque se hayan apoderado de toda la casa y sean amos y señores de la casa, el lugar preferido de ellos para descanzar, siempre serán tus piernas. No importa si estás en el suelo sentada, en el sillón o acostada en la cama. Punto para ti, pues te mantendrás calientita mientras ves a tu bola de pelos dormir plácidamente.
Además, aman dormir prácticamente todo el día
Incluso, hay veces en que parece que no tienes gatos en casa. Aman dormir y disfrutan hacerlo en lugares inimaginables. Así que parecerá que no están y de repente te sorprenderán.
Acurrucados contigo o con cualquier cosa pachoncita
Disfrutan tanto de tu calor y tu cuerpo es el más cómodo que se acurrucarán cada vez que puedan. Incluso cuando ve que se mueven tus manos o tus pies, serás su presa favorita. Si no te tiene cerca, hará lo mismo con peluches, almohadas o cualquier tela que le guste.
Es tu fiel compañero, incluso en el baño
Ahora que tengo un gato he entendido que se perdió el sentido de la privacidad. Ya sea cuando quiero comerme un pedazo de pizza, una torta de jamón o cualquier alimento, sé que en cuanto llegue el aroma a su nariz, irá tras de mí por un poco. Lo mismo pasa cada vez que voy al baño, si la puerta se cierra, se ven sus diminutas patas por debajo de la mesa. Así que sí, ya no sé lo que es privacidad.
Pero hay otras ocasiones en que te ignoran por completo
Así como me busca, también hay otros momentos en los que parece que se ha enojado conmigo. Le hablo con amor y ofreciéndole algo que sé que le gusta y no funciona. Se va, voltea a verme y luego me ignora o simplemente se queda dormido sin prestarme atención.
Pueden juzgarte
Sé que en más de una ocasión he hecho cosas que no debo o que luego me arrepiento y sí, el primero en juzgarme es él. Su mirada reprochadora lo dice y pareciera que él también me castiga con su desprecio e indiferencia. Sin embargo, me queda claro que también…
Pero te aman de manera infinita
A pesar de que a veces la riego, es mi fiel compañero y lo sé porque ronroena de una manera tan especial. Su vibrar pareciera una suave melodía que me canta, como hace tiempo lo hacía mi madre, para hacerme sentir bien o cómoda.
Sus ronroneos son mágicos
Como dije, me ayudan a sentir felicidad, tranquilidad y mucha paz. Incluso cuando me siento mal, él va y se posa sobre mí con su efecto sanador y es mágico. De verdad funciona ese motorcito que tiene en su interior.
Y aman las cajas de cartón
Tener en casa cajas de cartón, es asegurar su diversión. Créeme, de nada vale que inviertas en el trepador de mil pesos, porque no lo hará tan feliz como una caja de cartón. Entre más grande sea, mejor para él. De cualquier forma él verá la manera de entrar en la caja que sea.