Si me voy antes de tiempo, por favor dile a mi hijo…

Desde que me convertí en madre, mi hijo se convirtió en una prioridad para mí. Ver a ese pequeño ser indefenso me hizo comprender que tenía que darle lo mejor de mí. El hecho de tener miles de planes para realizar con él, es bueno, pero debo ser consciente de que la vida a veces nos hace jugarretas. Quiero que mi hijo sepa varias cosas por si acaso en algún momento yo no puedo decírselas. Aunque trato de que cada día sepa lo mucho que lo amo y que estoy orgullosa de ser su madre, necesito dejar en claro que…

No quiero verlo llorar

Sé que una pérdida siempre es dolorosa y más cuando se trata de un ser tan cercano como un padre. Por desgracia, la muerte es algo que nos llegará a todos tarde o temprano. Para evitar desgracias lo mejor es estar preparado para ese momento. Tener en claro que aunque alguno ya no esté, no significa dejar el amor en el aire. Al irme, quiero que mi hijo se alegre por todo lo que hicimos juntos. Quiero que recuerde todas esas cosas que compartimos. Los momentos que vivimos, como cuando leemos cuentos o reímos hasta que la barriga nos duele.

Cosas que tienen significado

Quiero que mi hijo sepa que aunque no esté, siempre habrá algo que le haga recordarme. Si en algún momento llega a sentirse triste o desanimado, podrá encontrarme entre eso que compartimos. Ya sea una taza, en la que bebimos un chocolate caliente. Puede ser un suéter que él disfrutaba que yo usara. Incluso los fracasos que llegamos a experimentar, son algo que puede motivarlo a seguir y a buscar nuevas opciones. No desearía que jamás se conforme con nada, pues sabe que él merece siempre lo mejor y para eso debe luchar.

Quiero que mi hijo sepa…

Ante todo, me interesa que mi hijo sepa que no debe quedarse guardado nada y menos una emoción dolorosa. Cada vez que guardamos tristeza o enojo en nuestro ser, nos va matando por dentro. Vivir de esa manera es tal vez la peor. Si sientes que algo aprieta tu cuello, es eso que has reprimido. Grita, habla o en el caso más extremo, llora, pero jamás te quedes con nada dentro. No me gustaría verte hundirte en vez de tomar más fuerza para continuar. Comprende que llorar no tiene nada de malo y a veces es la mejor salida. Si tu boca no sabe cómo expresar lo que sientes, el llanto será la mejor opción.

¡Vive!

Cada día es una oportunidad para vivir al cien, para ser mejor en lo que hagas. Ten por seguro que estaré contigo aun en la distancia. Mantén la esperanza de que en algún momento nos volveremos a encontrar. Mientras tanto, sonríe y sé feliz, vive y disfruta cada momento de tu vida. El amor que siento por ti será el motor que te ayudará a seguir aunque todo se complique. No lo olvides, mi pequeño, siempre te amaré.