Siempre que conoces a alguien que te agrada deseas que en algún momento esa atracción se convierta en amor del bueno para ti. Sin embargo, no todas las personas que se crucen en tu camino van a sumar, sino más bien van a restar. No obstante, también es posible reconocer las señales que indican que el amor del bueno ha tocado a tu puerta. Es cuestión de saber reconocerlas para no dejar pasar la oportunidad.
¿Cómo saber que el amor del bueno se ha presentado en tu vida?
Cuando conoces a una persona que te mueve el tapete, al principio piensas que es perfecta y todo lo que hace lo ves con buenos ojos. La cuestión es que conforme pasa el tiempo, tu perspectiva puede cambiar y ya no verás las cosas del mismo modo. Para que eso no pase y reconozcas si la persona indicada se ha cruzado en tu camino, debes analizar las siguientes cuestiones.
Ten presente cuál es la fuente de plenitud en tu vida
Si al momento de conocer a alguien, de manera inmediata lo conviertes en tu fuente de plenitud estás cometiendo un grave error. Nadie más que tú puede encargarse de tu felicidad. La otra persona no puede ni debe ser fuente de tu felicidad o plenitud. Jamás logrará llenar al 100% tus expectativas y eso a la larga puede ser estresante. Sólo cuando tú seas consciente de lo que te hace plena, podrás compartirlo y aportar a alguien más parte de esa felicidad.
¿La persona te motiva a dar lo mejor de ti?
Cualquier tipo de relación necesita inversión de tiempo y energía por ambas partes; de lo contrario no funcionará. Si te estancas en una zona de confort con una pareja, tú sola te condenas al fracaso. Cuando encuentras amor del bueno, ambas partes trabajan de forma que se entrelacen espiritual y físicamente.
Analiza los motivos por los que decides estar con alguien
De acuerdo a la ley de afinidad, atraes lo que emanas, ya sea una carencia o una plenitud. Evita fijarte solo en el físico o las propiedades de una persona para decidir o no estar con ella. Hay cosas más importantes que debes tener presente al elegir a tu compañero. Fíjate en la energía interna que tiene la persona. Recuerda que su conexión espiritual es lo más importante. La atracción física no lo es todo, es más importante la magia que te provoca al estar con él.