¿Te encuentras en este punto que sientes que no estás avanzando en tu vida? A todos nos llega, no te preocupes. Sin embargo, existen varias razones por las cuál te sientes estancada. Yo te comparto algunas de ellas, aprende a identificarlas y a corregirlas.
No tienes una meta clara
Es normal que aún veas niebla en el horizonte pues aun no te sientes 100% comprometida con un objetivo específico. No debes preocuparte mucho por eso, pero sí debes prestarle un poco más de atención. Piensa en las cosas que te interesan o como te gustaría verte en algunos años. ¿Qué quieres ser?
Estás en tu zona de confort
Te sientes tan cómoda en tu situación actual, que por eso no estás avanzando en tu vida. Tienes el mismo trabajo desde hace más de un año, haces lo mismo cada vez que llegas a tu casa, disfrutas los fines de semana con tus amigos, pero ¿qué hay sobre tus sueños y metas? La zona de confort nunca es buena e inmediatamente cuando sientas que has entrado en ella, debes buscar una forma para escapar. Cambia tu rutina, inscríbete a un curso, comienza con los primeros bocetos de tus sueños.
Te juntas con personas que piensan igual que tú
Y entonces se volverá un círculo vicioso porque te juntas con las personas incorrectas. No te estoy diciendo que dejes de ser su amiga, pero deberías enfocarte más en ti misma un poquito más. También en conocer a personas con otro punto de vista.
Escuchas a la persona incorrecta
Es mejor escuchar los consejos de las personas que han alcanzado sus logros y que han vivido la experiencia de hacer algunos sacrificios para cumplir sus sueños. Sí escuchas los consejos de aquella persona que hace lo mismo todos los días o solo se esta quejando de su vida, entonces tu no llegarás muy lejos. Además ¿te has escuchado a ti misma o siempre haces lo que los demás te piden? Tal vez es una razón por las cual no estás avanzando mucho en la vida.
Caíste en la rutina
Como ya te he mencionado, la zona de confort hace que vivas en la rutina. Estás tan apegada a esta que no te das cuenta de que te estás quedando estancada. ¡Sal de ella ya!
No quieres esperar por lo que quieres
Conseguir lo que quieres requiere mucho esfuerzo, pero si no estás dispuesta a luchar por los resultados entonces seguirás sin avanzar. Incluso, hasta la meta más pequeña requiere de esfuerzo y de espera, pero en serio que vale la pena. No te desesperes tan pronto, porque tu propia desesperación podría hundirte más.
Solo te quejas, pero no buscas una solución
No solo te quejes, te cruces de brazos, llores y no vuelvas a tocar el tema. Mejor busca una solución para ello y ¡listo!: todo queda arreglado.
Te encasillas
Si tú misma te estás diciendo que no puedes, entonces jamás podrás salir adelante. Tú eres tu propio obstáculo y eres tú quien debe impulsarte.
Quieres controlar todo
Tranquila, no todo se puede controlar y está bien. No pasa nada. De vez en cuando es necesario que las cosas se salgan de tus manos para aprender una lección.
Te dan miedo las consecuencias
Piensas más en las consecuencias que en el resultado, prefieres evitar los riesgos y vivir conformándote. Otra de las razones por las cuál sientes que tu vida sigue igual. Incluso eres una persona menos dramática, lo evitas a toda costa.