La palabra bullying se escucha con frecuencia desde hace algún tiempo. No es que sea algo nuevo, pero las consecuencias de esta conducta entre niños y adolescentes se ha incrementado en los últimos años.
Para empezar, el bullying es una expresión usada para definir la violencia entre niños o adolescentes en la escuela. Se le dio este nombre a partir de que este comportamiento fue considerado una anomalía peligrosa en las escuelas. El acoso escolar siempre se ha presentado; sin embargo, el día de hoy se vive de una forma más cruel y directa. El mundo en el que se ven envueltos los niños que lo sufren va mucho más allá de lo que los padres suelen pensar.
El concepto de bullying surge de la necesidad de dividir la violencia adulta de la violencia que se da en la infancia y adolescencia.
Existen varias clasificaciones del bullying:
- Físico: Dar patadas, puñetazos, mordiscos, empujones, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en primaria que en secundaria.
- Verbal: Poner apodos, insultos, menospreciar al niño en público, resaltar defectos físicos, usar el móvil para intimidar a la víctima, sacarle fotos mientras se le pega y subirlas a Internet, etc. Es el más habitual.
- Psicológico: Lastima la autoestima del niño y le fomentan temor.
- Social: Aíslan al joven o niño del resto del grupo y de los compañeros.
A todo esto muchas personas se preguntan: ¿cómo surge este comportamiento?
La cruda verdad es que este no es un problema nuevo. Los niños provienen de hogares individuales donde los adultos forjan su educación; de igual modo en esta influyen factores como la violencia intrafammiliar, los medios de comunicación y el mundo en general.
El bullying es tratado cómo una enfermedad crónica, a la cual se le dan soluciones concretas que no atacan la verdadera causa. Por consiguiente, si queremos reconocer de donde viene el problema, sería conveniente voltear a ver a la violencia actual del mundo adulto.
Los roles dentro del bullying
Girl being bullied
Existen distintos roles dentro del acoso escolar:
Acosado: Suelen ser niños solitarios, que sienten vergüenza y culpa. Se sienten aislados y tienen muy pocos amigos. Suelen pasar inadvertidos, se les consideran tímidos y temeroso.
Acosador: Son niños agresivos, dominantes, desconfiados con baja autoestima y poco control emocional. Se frustran con facilidad lo que los lleva a seguir la ley del “ojo por ojo”.
¿Cómo reconocer si mi hijo sufre bullying?
- Tiene una aprehensión excesiva ante la idea de ir a la escuela; quizá hasta simule haberse enfermado con tal de no ir al colegio.
- Empieza a molestar a sus hermanos o primos, la cadena de maltratado se va haciendo más grande. Quien maltrata normalmente fue maltratado en algún momento.
- Se joroba y no te mira a los ojos, el maltrato hace estragos físicos también. Una persona menospreciada no camina derecha y normalmente no mira a los ojos.
Finalmente, hablar con nuestros hijos al respecto, dándoles la oportunidad de expresar lo que les sucede en la escuela es un primer paso para ayudarlos. Si él no quiere hablar, es preciso recurrir a las autoridades escolares para conocer la situación. Siempre es importante saber por lo que está pasando tu hijo.
