El amor es una adicción. Enamorarse produce un efecto muy similar en el cerebro a cuando tenemos una adicción. Es una sensación muy similar la que genera el consumo de ciertas drogas. No importa qué tipo de relación tengas, no hay duda de que el amor puede ser la droga más sutil del mundo. Tú, ¿qué tipo de adicta al amor eres? Todo los seres humanos amamos de diferentes formas. Por tanto, nuestra adicción al amor, depende del tipo de relaciones a las que estamos acostumbrados.
Adictos a la química
Los adictos a la química están constantemente engañados por la dopamina que segrega su cerebro. Suelen ser chica extremas a las que les encanta los deportes. También las atraen las aventuras y sus romances suelen ser desenfrenados. Sin embargo, cuando las cosas comienzan a ponerse un poco más serias huyen despavoridas. Los romances suelen ser la adicción más grande que tienen en la vida.
Las adictas al lazo
Suelen ser laschicas tradicionales que se guían por la serotonina. Son cuidadosas con las personas que eligen para tener en su vida. Mujeres convencionales a las que les gustan las relaciones con planes establecidos. Para ellas, todo debe cumplirse según un horario específico. Si eres una de ellas, eres una adicta al amor duradero.
Las que aman el sacrificio
Son estas chicas que aman las relaciones en las que pueden salvar a la otra persona. Suelen ser las que más dan dentro de la relación. Ellas encuentran la estabilidad buscando que su relación amorosa florezca. Aman sacrificarse por el ser querido. Pero ¡aguas!, porque si se sienten heridas son mujeres peligrosas y suelen caer en depresiones clínicas de las cuales es difícil sacarlas. Si eres adicta al amor sacrificado, recuerda que en una pareja hay dos personas, por tanto ambas son responsables de hacer madurar o matar la relación.
El amor puede ser una adicción, pero depende de cada una la forma en la que lo desarrollemos. Dicen por ahí que en el amor todo se vale, pero también es importante tener la capacidad de amar a la otra persona como a una misma y respetar los límites de una relación saludable. Si es así, saldrá bien.
¿Eres adicta al amor?
