Existen diversas pruebas que una pareja debe afrontar a lo largo de su relación. No obstante, existen algunas que podrían terminar con ella. Lo mejor es siempre estar preparado y tener la mejor disposición para superar los problemas que se presenten. Sin embargo, cuando se trata de la muerte de un hijo existen ciertas etapas cruciales que de no ser superadas podrían terminar con la relación.
Sin sentido de la relación
Tras la muerte de un hijo, una de las pruebas más fuertes a superar es la sensación de vacío que queda. Es obvio que esa relación llegó antes que el bebé. Sin embargo, tras la muerte del niño, pueden sentir que no queda algo más para ustedes. Claro que es difícil superar esta etapa, pero deben enfocarse en reencontrarse como amantes. Redescubran qué los unió en primer lugar, de esa forma entenderán que su amor es más fuerte que cualquier adversidad por más difícil que esta sea.
Una de las pruebas más fuertes es la etapa de culpabilidad
Si el niño o bebé ha muerto de manera trágica la pareja tiende a culparse. Ya sea que un miembro piense que el niño murió por su culpa o que culpabilice a su pareja. Psicológicamente es normal que esto suceda, pues ambos tratan de comprender y procesar la muerte del niño. Sin embargo, en este punto es muy importante acudir con un especialista que los ayude a cruzar esta etapa. Así mismo, es importante que ambos expresen lo que sienten acerca de aquel suceso. No obstante, deben hacerlo lo más respetuosamente posible ya que es muy fácil herir al otro.
Reconstruir sus planes de vida
Una de las últimas pruebas consiste en reconstruir sus planes a corto y largo plazo. Pensar si volverán a tener hijos, tal vez quieran cambiar de aires y vendan su casa o simplemente quieran darse un tiempo y viajar para olvidar. En este punto es muy importante ser honestos consigo mismos y con su pareja ya que de ello depende que su relación resista y prospere.