Por qué el primer año de vivir juntos es el más difícil

Muchas chicas tienen grandes expectativas en cuanto a vivir con su pareja. Piensan que todo será risas, diversión y mucho amor. Sin embargo, después del primer mes ya lo quieres matar; te lo digo por experiencia. La verdad es que el primer año de vivir juntos es el más difícil, aunque también el más lindo. En mi experiencia, puedo decirte que durante esta etapa deciden si seguirán juntos o no…

Siempre piensas en volver, volver, volver a tu casa

Antes de ir a vivir con mi novio intenté ser lo más neutral posible, pues sabía lo que la decisión implicaba. Nunca antes había pensando en salirme de mi casa, mucho menos con un chico. Además, me daba miedo regresar derrotada y con el corazón roto a mi casita. Otra de las dudas que tenía era poder sostener la casa. Aunque los gastos fueran compartidos tendría la responsabilidad de las cuentas en mis manos. A pesar de todo ello me decidí y me fui a vivir con mi bae. La mayor parte del tiempo me sentía segura de mi decisión, pero por la más mínima pelea ya quería regresar a casa. Incluso una vez recogí mis pertenencias y estuve a punto de irme, pero mi novio me convenció de arreglar las cosas pues si habíamos decidido vivir juntos no era para estar jugando: me voy, me quedo, me voy…

Porque conoces las manías de tu amorcito

Es cierto que amo a ese hombre y lo acepto tal y como es. No obstante, a veces me dan ganas de salir corriendo cuando veo ciertos aspectos. En este sentido creo que descubrir las manías de tu pareja termina uniéndolos más que nunca o de plano acaba con la relación. Por ejemplo, yo soy una persona muy hiperactiva por lo que no puedo estar mucho tiempo sin hacer algo. En cambio, él es muy flojo, en consecuencia siempre he tenido que obligarlo a hacer ciertas tareas. Mi mejor manera de lidiar con ello es salir y hacer mis actividades sin detenerme por él y ha funcionado, incluso ya se pone las pilas y es más activo.

Ninguno quiere ceder

Cuando hay peleas entre nosotros ninguno quiere ceder. En este sentido ambos somos muy necios y esperamos a que el otro intente resolver las cosas. En verdad yo era capaz de no dirigirle la palabra e incluso salir. Él también lo hacía en ocasiones. Sin embargo, al final los dos corríamos a vernos. Por tanto, ambos aprendimos a ceder de forma justa en cada pelea. También nos damos tiempo para tranquilizarnos y luego hablar de forma calmada acerca del problema.

Van del amor al odio todo el tiempo

Es muy gracioso que en un momento puedo verlo haciendo las tareas más sencillas  y sentirme totalmente enamorada. No obstante, en otras ocasiones lo veo y quiero salir corriendo. Lo cierto es que no podemos estar tanto tiempo enojados y siempre terminamos juntos. La clave es la paciencia , la confianza y  el amor. Bueno, sobre todo la paciencia…