Perderte ha sido una de las cosas más difíciles que he tenido que soportar

Debo reconocer que amo a los animales y que conforme he crecido, he ido aprendiendo mucho de ellos. De pequeña, nunca me explicaron la importancia de adoptar un animal. Los primeros perros que tuve, los compré porque veía los anuncios de la venta de cachorros y ¿quién se va a negar a un cachorro? Sin embargo, la primera vez que me dejaron tener un perro, hubo algo que me marcó de esa experiencia y que jamás imaginé que tendría que soportar.

Cómo llegaste a mi vida

Era pequeña y recuerdo que te vi en un mercado. Te estaban vendiendo junto a tu hermana y aunque yo quería a la perrita, mis padres me dejaron tener mascota con la condición de que fueras tú en lugar de ella. No estaba muy convencida, pero accedí porque sabía que esa oportunidad no podía desaprovecharla. Luego de eso fuimos a comprar todo lo necesario para que estuvieras cómodo. Una vez en casa, me volví loca contigo. Sólo quería abrazarte y tenerte entre mis brazos y a veces me desesperaba un poco que no hacías nada más que dormir y comer. Conforme pasó el tiempo, las cosas cambiaron. Eras un perro muy juguetón y te llevábamos al parque a jugar. Amaba estar contigo y siempre me acompañabas en cada una de mis locuras. Todos mis amigos te conocían, porque claro, no hacía más que hablar de ti. Me sentía tan orgullosa y feliz de tenerte.

Compartimos tantos momentos

Cada momento que pasaba contigo, era grandioso para mí. Me sentía la niña más afortunada del mundo, por tenerte en mi vida. Las horas en la escuela se me hacían eternas y cuando salía, era la más feliz porque sabía que te vería de nuevo. Así fue durante muchos años. Aunque yo crecí y mis intereses comenzaron a cambiar, algo que nunca cambió fue el amor que tenía y tengo por ti. Por desgracia, nadie me había preparado para el momento en el que te fueras y fue peor porque llegó de manera inesperada.

No todos los perros mueren de viejitos

Contrario a la creencia que yo tenía, no todos los perros o los animales en general, mueren cuando llegan a ser viejitos. En tu caso, partiste a la mitad de tu vida. Todo fue a causa de que el alimento estaba contaminado y no lo sabíamos. Fue tan triste ver cómo en menos de una semana te fuiste y no había nada que pudiera remediar esa situación. Lo peor fue que te fuiste cuando estaba por llegar una Navidad más. A pesar de que ya han pasado más de 10 años de eso, siempre estás en mi corazón.