Olvídate de la culpa y mejor enfócate en disfrutar la maternidad

Jamás imaginé toda la culpa que podría invadrime una vez que me convertí en mamá. Poco entendía sobre lo que hablaban otras madres, incluso la mía acerca del gran reto que implica ser mujer, hija, hermana y madre al mismo tiempo. Parece una tarea sencilla, pero a veces cuesta mucho trabajo poder hacer que todo se complemente sin dejar una parte más olvidada que las demás. Amo a mis hijos, pero también amo ser mujer y amo la vida que tengo incluso desde antes que mis retoños llegaran a mi vida. Tal vez por eso en más de una ocasión me sentí culpable.

Culpa de todo

Muchas veces tuve que rechazar grandes oportunidades laborales porque la prioridad siempre han sido mis hijos. Cómo iba a aceptar un trabajo que sabía que me absorbería casi por completo y dejar de lado a mis hijos. Tan sólo eran unos bebecitos y no quería dejar toda la responsabilidad en mi esposo, pues cuando decidimos tener hijos fue porque los dos nos íbamos a apoyar en todo momento. Sabía que esas ofertas eran geniales, pero siempre he tenido más claro qué es más importante para mí. Tal vez con los trabajos que tenía o aceptaba sabía que no tendría más dinero, pero al menos tenía la seguridad de que podría ver más por mis hijos. Ahí comenzó mi culpa, esa que te invade cuando quieres seguri creciendo profesionalmente pero hay algo socialmente que te lo impide. 

Miedo

Lo que más tenía era miedo, miedo de que si dejaba solos a mis hijos (al menos sin la imagen materna como tal), ellos crecieran con un hueco emocional. Tenía angustia de que toda la carga recayera sólo en mi esposo y no les diera lo necesario para que crezcan como personas de bien. Tontamente tenía la idea de que todo lo que pasara con mis hijos era sólo carga mía. ¡NO! Yo no soy un ser perfecto y aunque sea su madre, sé que habrá veces en las que voy a actuar de manera equivocada.

Mi labor es acompañar, nada más

No voy a negar que hassta el día de hpy sigo sintiendo culpa por las veces en que no puedo estar con mis hijos de la forma en que quisiera. Sin embargo, estoy aprendiendo a soltar y comprender que aunque soy su madre y ellos son mi responsabilidad, sólo ellos decidirán lo que quieren para sus vidas. Mejor trato de enfocarme en ser feliz y disfrutar su compañía cada día, para que así ellos se queden con buenos recuerdos. Finalmente no sabemos hasta que momento podamos ser la luz que guía y acompaña sus caminos.