Hay experiencias que nos marcan de por vida. Aunque queramos dejarlas atrás, de una u otra forma regresan a nosotras. Eso le ocurrió a una conocida, a quien su novio la engañó y la hizo abortar. Ella expresa que su historia “es muy deprimente”, pero se atreve a compartirla porque no quiere que otras mujeres pasen por lo mismo.
10 años de silencio
Nuestra fuente, a quien llamaremos María, expresa que ese capítulo de su vida ocurrió hace más de 15 años. Sin embargo, hace apenas unos cinco años le contó a su familia lo que le ocurrió, ya que tenía miedo y se sentía como un monstruo. “Mi historia es un poco deprimente. En ese entonces yo era una niña insegura y miedosa. En parte, se aprovecharon de eso para forzarme a hacer algo: abortar”, recordó.
Chantaje y engaño
Tras contarle a su novio que posiblemente estaba embarazada, éste la engañó al asegurarle que se sentía mal porque se le había subido la presión. “Tontamente, lo acompañé al médico, quien me estaba esperando. Me puse muy mal y empecé a llorar. Le pedí al médico que me hiciera una prueba para confirmar el embarazo, porque si era así, yo quería tener a mi bebé. Obviamente, mi novio ya había hecho un arreglo con el doctor. Supuestamente, me inyectaron para que me calmará, pero al despertar todo ya estaba hecho”, expresó.
Sentimiento de culpa
“Una enfermera me confirmó el aborto. Me dijo que me habían raspado y por ello necesitaba tomar antibióticos. Durante muchos años tuve el sentimiento de culpa, así que pensaba que merecía todo lo malo que surgiera en mi vida”, señaló María.
“Muerta en vida”
Aunque se sentía muerta en vida, María decidió usar una “máscara de alegría” para seguir con su vida lejos de quien le había hecho daño a ella y a su bebé. En parte, logró salir adelante, ya que estudió y se preparó. Sin embargo, como suele ocurrir, la angustia y la tristeza la consumían cada vez más. Y justo en esa etapa de su vida contó lo ocurrido.
Miedo e ignorancia
María recuerda que sus familiares le preguntaron por qué nunca dijo nada, por qué nunca exigió que se le hiciera justicia ya que fue víctima de un crimen. Y ella admite que prefirió callar por miedo e ignorancia. “No sabía qué hacer. Y ni siquiera sabía que se podía hacer algo. En ese entonces no sabía qué es la maldad, y no podía creer que la persona que amaba me había hecho tal cosa, que me había engañado para abortar”, recordó apesadumbrada.
“No se queden calladas”
Esa experiencia traumática y desoladora le dejó a María una enseñanza que quiere compartir con todas las mujeres. “Mi mejor consejo es que las personas no se queden calladas ¡nunca! Que tengan cuidado y que no confíen en todas las personas, no todo lo que brilla es oro. Así que no se cieguen aunque sientan amor hacia quienes están a su lado. Y si hablamos sobre el aborto, sólo puedo decir que es una experiencia horrible que trae consecuencias negativas, tanto a nivel psicológico, como emocional y físico”, finalizó.