Uno piensa que para que una relación amorosa prospere, con que haya amor es más que suficiente. Esas ideas sólo funcionan en los cuentos de hadas, porque en la realidad no es suficiente. No me queda duda que el amor es la fuerza más grande del mundo, pero a veces no es suficiente cuando dos personas quieren estar juntas. En mi caso, no tener los mismos planes que mi pareja fue lo que ocasionó que nosotros tuviéramos que separarnos.
Las cosas se dieron muy rápido
Cuando nos conocimos, jamás imaginé que él y yo terminaríamos juntos. Los dos somos maestros y esa sí era una cosa que teníamos en común. El amor por los niños y por nuestra profesión nos hizo entablar una buena relación desde el principio. Podíamos entablar muchas conversaciones y jamás nos aburríamos el uno del otro. Eso poco a poco hizo efecto sobre nosotros y nos enamoramos. Todo iba de maravilla en nuestra relación y todos apostaban a que nuestra pareja sería una de las más fuertes y estables. Sí, nosotros también lo creíamos, hasta que llegó un tema que pocas parejas saben enfrentar de la mejor manera: los hijos.
¡Estaba embarazada!
Bueno, la realidad es que la primera vez que abordamos el tema de los hijos fue porque comencé a sentirme mal y al ir al médico me enteré que estaba embarazada. Quedé en shock, pues no esperaba algo así. Él y yo nos cuidábamos, así que tal vez se trataba de un descuido. En cuanto supe eso, opté por realizarme un aborto, ya que yo no estaba lista para tener un bebé. Era feliz con mi pareja pero los hijos no estaban en mis planes. La única que supo mi decisión fue mi mejor amiga. Ella desde un principio me recomendó que le dijera a él, pero yo no quería hacerlo. Duré varios días más pensando qué era lo mejor. Al final y no muy convencida, le conté a él lo que pasaba. En cuanto supo que tenía un bebé dentro de mí, se puso completamente feliz. Ya estaba haciendo planes cuando le dije que no pensaba tenerlo. Él quedó sorprendido, porque decía que era lo único que faltaba en nuestra relación para ser completamente felices. A partir de ese momento tuvimos muchas peleas porque él quería que lo tuviera y yo quería abortarlo. Como no veía su apoyo, me alejé de él. El día que iba a realizarme el aborto, mi mejor amiga habló con él y le pidió que dejara de lado sus deseos y viera más por nosotros.
Todo se derrumbó por no tener los mismos planes
Él estuvo conmigo cuando me realizaron el aborto, pero las cosas dejaron de ser iguales entre nosotros. Nuestra relación poco a poco se deterioró y aunque tratamos de salvarla con ayuda de terapia, fue imposible. Él me veía como un monstruo y cada vez que podía me echaba en cara la situación. Así que luego de un tiempo y con mucho dolor, tuve que alejarme de él porque aunque lo amaba, él realmente no me amaba a mí y se portaba de modo muy egoísta.