El acoso callejero es, tristemente, algo que no podemos evitar. Claro que recientemente se ha despertado la conciencia de la sociedad y el cambio va empezando.
Aún así, en Latinoamérica hay índices altísimos de acoso y violencia callejeros.
Esto puede darse por medio de “piropos” subidos de tono, silbidos, exhibicionismo y en casos extremos manoseo y masturbación. Esto siempre en contra de la voluntad de la víctima.
Es triste, pero esta conducta no tiene consecuencias graves en muchos países pues es culturalmente aceptada. Por eso muchos hombres consideran inofensivo “el hacerle saber a una mujer lo atractiva que es”. Si es tan inofensivo, ¿cómo es que las mujeres que tienen que pasar por callejones oscuros o calles solitarias diariamente se sienten amenazadas? ¿Dónde quedó el halago?
Claro que nos gusta sentirnos atractivas, pero no a expensas de nuestra seguridad. Si te ha pasado, seguro alguien te preguntó qué traías puesto. El problema es que la víctima no tiene nada a su favor. Normalmente la culpan por su forma de vestir o de reaccionar. Y si llega a agredir físicamente al agresor, este puede llegar a presentar cargos en su contra. ¿A poco no es súper justo?
Es por eso que este tema es delicado. Muchas mujeres se sienten más vulnerables al saber que no habrá consecuencias para los victimarios. Además de que no saben cómo reaccionar ante esta situación sin verse afectadas. De igual forma, denunciar este tipo de actos no siempre es útil ya que los procesos legales son tediosos. Generalmente, las autoridades son insensibles y encuentran esto cómo una situación cómica.
Es por eso que te recomendamos estas medidas para hacer tus salidas más llevaderas.
Es obvio que la solución está en los hombres, pero mientras empecemos aprendiendo a lidiar con esto.
No te quedes callada.
- Si el acoso es a distancia, quizás no valga la pena perder tu tiempo. Para esto es de vital importancia que ni siquiera reconozcas la existencia de tu acosador. Esto incluye la mirada. Una vez que hay un contacto por mínimo que sea, las reglas cambian.
- En este caso, el primer paso es evidenciarlo. Hacerlo de manera respetuosa (yo sé que es difícil, pero demuestra que es él quien está mal) y en voz alta. Para que las demás personas sean tus testigos. Generalmente, no sabemos cómo reaccionar y hasta por pena sufrimos en silencio. ¡No te dejes!
- Tu lenguaje no debe ser violento o agresivo, pues esta persona puede reaccionar de forma violenta y la agresión subirá de nivel. Hablar de lo poco hombre que es, sin importar que sea cierto, cuenta como una provocación. Los resultados no serán buenos, así que es mejor refrenarte.
- Aunque tengas miedo, finge ser valiente. Con esto me refiero a que, sin importar cómo te sientas, reflejes convencimiento, seguridad , firmeza y confianza. Esto va a descontrolar al agresor pues espera que permanezcas sumisa y vulnerable. O te molestes y no hagas nada… Uff, porque eso es divertidísimo ¿no?
- Recuerda mantener el control. Sé que tienes ganas de hacerlo llorar, pero lo mejor es que caiga por su propio peso y pase la vergüenza que se merece. No queremos que se volteen los roles y te termine culpando a ti.
Identifica al agresor.
Si llegan a un proceso legal o con algún tipo de autoridad, lo mejor es saber bien quién es tu agresor. Empieza por fijarte cómo viene vestido y si hay cámaras de seguridad o testigos cerca. Siempre velo directamente a los ojos y con confianza. Si puedes, toma una foto o vídeo. Así tendrás evidencia de lo ocurrido. Pero sé discreta, no vaya a ser que intente amenazarte para que lo borres.
Ellos saben que lo que hacen está mal, por eso intentan esconderse. El sólo hecho de poder identificarlos cuenta como una forma de defenderte.
No te sientas culpable.
Como dijimos al principio, el culpable aquí es el agresor. Aunque la reacción instintiva sea preguntar qué hizo la mujer, la pregunta real es qué demonios le pasa al hombre. Un hombre es capaz e controlar sus impulsos, sino debe tener un problema mental serio. No es que lo acuse de loco, pero una mente sana siempre puede controlarse; lo que le falta es educación.
Mientras tú no le faltes al respeto a nadie, los demás no tienen por qué decir nada de ti. Arreglarte linda para salir no afecta a nadie más, sentirte bien contigo misma no le da permiso a los demás para agredirte.
No te arriesgues de más.
Recuerda: Confrontar al agresor debe ser con el único objetivo de hacer que se detenga. De preferencia, no te detengas si no lo necesitas. Pasar más de diez minutos tratando de que un hombre cambie su vida o de humillarlo, no te va servir de nada. La situación realmente no está bajo tu control y no sabes cómo va a reaccionar el otro, ¡así que no te arriesgues!
Algunas chicas en Internet hasta salen en grupo y se graban buscando que les digan algo y regresándose a confrontar a todo el que las agredió. A ver… ponerte una minifalda debe ser para sentirte bien contigo misma, reflejar ante el mundo quién eres y como te sientes hoy. No para tratar de “probar un punto” con la esperanza de volverte viral en Internet.
Recuerda que tu integridad va en primer lugar. No caigas en el juego arriesgándote a que te saque de balance o pase de una agresión verbal a física o hasta sexual. Mejor sigue caminando y no te enganches.
Denuncia lo ocurrido.
Hay tres maneras de denunciarlo. La primera y más lógica es con las autoridades del lugar donde estés. Sea un vigilante, su jefe, o un policía. La segunda es con tus familiares, amistades o quien sea que te vaya acompañando en el momento. Y la última, con la que debes de tener más cuidado, es denunciarlo públicamente. Si estás en un lugar público, con las personas a su alrededor. Sino, puedes optar por el Internet. Una vez más, ten cuidado: en internet la gente se da valor de escribir lo que ni siquiera se atrevería a pensar en público.
Quizás no logras solucionarlo, pero rompes le silencio que ha habido por muchos años alrededor del tema. Tendrás la conciencia limpia de haber hecho todo aquello que estaba a tu alcance para detenerlo. Si no funcionó, no queda en ti y marcas la pauta para que ninguna mujer se quede callada. Si se predica con el ejemplo, alguien tiene que dar el primer paso.
¿Tú como te defiendes contra el acoso callejero?
