¿Alguna vez te has puesto a pensar en cómo es tu vida? Si realmente tienes todo lo que has querido o cuánto te has tenido que esforzar por lograrlo. Me he puesto a pensar que muchas veces nos da coraje o envidia ver lo que otros tienen y nos preguntamos por qué nosotros no. La realidad es que cada quien tiene lo que ha buscado y por lo que ha luchado. Lo mismo pasa en las relaciones personales. Tenemos lo que permitimos, no más ni menos.
Soy desdichada
Muchas veces nos quejamos de ver que nuestra pareja no nos da muestras de afecto o no tiene detalles como las parejas de nuestras amigas. Sentimos que no somos felices porque nos enfocamos en ver la felicidad o la vida de los demás. Piensa que nadie te está obligando a estar con esa persona. La única que ha tomado esa decisión eres tú y si no te sientes ya feliz en esa relación, tienes la decisión de continuar o no ahí.
Cada quien acepta lo que tiene
Si te quejas porque la persona con la que estás no te quiere tomar en serio, piensa realmente quién está haciendo las cosas mal. ¿Él o tú? Cuando esa persona ha dejado en claro lo que quiere, tú debes tomar una decisión. Tú estás consciente de lo que quiere el otro y si no van para el mismo camino, deberías continuar tú. ¿Para qué quedarte en un sitio en el que no te sientes completamente a gusto o no estás recibiendo lo que quieres? El problema es que muchas veces, aunque sabemos eso, aceptamos migajas con tal de no estar solas o por miedo a no encontrar “algo mejor”.
Lo mismo pasa con otros aspectos de tu vida
Así como aceptas eso en tu vida amorosa, lo haces en tu forma de vivir, en tu trabajo y todo lo que te rodea. Si estás en un trabajo en el que ya no te sientes a gusto, busca algo en lo que te sientas cómoda. Muchas veces nos conformamos por miedo o flojera a buscar nuevas opciones. No permitas que tu vida se vuelva infeliz por las mismas decisiones que tú estás tomando.