No te conviertas en una madre que sólo presume su “labor” haciendo una fiesta

Cada una de nosotras tenemos una manera única de llevar la maternidad. Es respetable lo que hacemos, pues ahora que soy madre, compruebo lo que pensé desde pequeña: ser mamá es maravilloso, pero también lo más laborioso. Sin embargo, he decidido hacer una queja contra todos esos que no asumen su papel, pero se enfocan en que ante los ojos de los demás, su imagen sea la más pulcra. Conozco a alguien que presume su “labor” haciendo grandes fiestas, tirando la casa por la ventana y celebrando a lo grande. Está bien, es válido, pero de qué sirve todo eso si lo que realmente debería hacer no lo hace.

“No quiero asumir la responsabilidad”

Esa persona de la que hablo es alguien que en cuanto supo que su mujer esperaba un bebé, no sabía qué hacer. Sentía que el bebé arruinaría su juventud y su vida. Acudió a su madre para saber qué tenía que hacer. La madre, le dijo que lo mejor era que ese bebé fuera abortado. Por fortuna, la chica embarazada no accedió a eso, tampoco lo obligó a quedarse. Al contrario, le dio la libertad de irse y no arruinar su vida.

Se quedó por decisión propia

A pesar de que ella le había dado la libertad de irse, él se quedó por decisión propia. Las cosas marchaban bien y así fue hasta casi un año después de que nació el bebé. En ese momento, fue cuando comenzó la verdadera prueba. Ya no era lo mismo. Ya no habían salidas frecuentes al cine, a los partidos o a otros lados. El dinero ya no se despilfarraba en chelas o en antojitos. La mayor parte era para cubrir los gastos de la casa y del bebé. Eso a él no le gustó y decidió irse porque sentía que las cosas no estaban funcionando.

¡Cobarde!

Más bien se iba porque no quería dejar de tener su vida de soltero. Extrañaba salir de fiesta y poder gastar su dinero en él, no en su familia. La chica no dijo nada, sabía que ese hombre no iba a aguantar mucho y tomó las riendas de su vida para poder continuar adelante. Sí, estaba destrozada, pero no podía darse por vencida, no ahora que el pequeño seguía sus pasos.

Padre de fin de semana

A pesar de hacerse a un lado, él pidió seguir al pendiente del pequeño. Sin embargo, sólo daba los gastos cuando se le eran solicitados. De lo contrario, él no tenía la iniciativa de hacerlo por voluntad propia. En pocas palabras, sólo se “hacía cargo” de su hijo los fines de semana. Entre semana, cuando hay más chamba con el niño, la que se tenía que poner las pilas era la mamá. Él simplemente llegaba a verlo y llevarlo al parque.

Presume su “labor” haciendo fiestas

Sin embargo, para ojos de los demás quiere quedar como el padre ejemplar. Presume su “labor” haciendo grandes fiestas cada año. Quiere que todo el mundo (bueno, la familia o amigos) estén ahí para que vean cuánto ama a su hijo. Si de verdad lo amara, ayudaría a hacer su tarea, a dar el dinero sin que se lo estén pidiendo. Pero no, él no quiere dejar de tener su vida.