No quiero una fiesta para mi cumple, ¡prefiero viajar!

Estaba por cumplir treinta años y todos mis amigos esperaban festejar conmigo como se debe. Tirar la casa por la ventana y hacer una mega fiesta porque la edad lo ameritaba. Sí, esa era la idea que todos tenían para festejar conmigo. En un principio creí que era una grandiosa idea y anduve investigando sobre algunos lugares en donde pudiera hacer una mega party. Luego cambió la idea y opté por algo más íntimo, por lo que pretendía rentar una casa con alberca para que todos la pasáramos bomba. Al final, todo eso quedó en sueños, pero jamás se llevaron a cabo. ¿Por qué? Porque me di cuenta que ¡prefiero viajar!

Dinero que se va por la borda

Cuando todos mis amigos se enteraron de mi decisión, quedaron perplejos. No podían creer que estuviera diciendo eso. Cómo era posible que prefiriera un viaje en lugar de pasar con ellos una noche inolvidable llena de diversión. Bueno, a ojos de ellos así eran las cosas. Sin embargo, yo sabía que para mí sería más satisfactorio salir de viaje. Tal vez no estaría con toda esa gente que me importa, pero finalmente se trataba de que yo me la pasara bien. Finalmente la celebración era para mí y yo era la única que podía decidir de qué manera quería festejar. Mi decisión cambió porque me di cuenta de todo el dinero que tendría que desembolsar para una celebración que sólo duraría un día o a lo mucho dos. Miles de pesos que se irían por la borda. En ese caso, prefería gastar todo ese dinero pero en un viaje. En algo que me dejara una nueva y única experiencia.

El viaje dura más

Como dije, la fiesta (en la que se desembolsaría una buena cantidad de dinero) sólo duraría un fin de semana. El viaje, en el que pagaría casi la misma cantidad que en la fiesta, podía irme al menos una semana y conocer mágicos lugares que quién sabe cuando podría volver a ver. Obviamente gastaría lo mismo y tal vez un poco más, pero sería un dinero que usaría para mí. En la fiesta hubiera tenido que gastar en alcohol para que mis amigos se divirtieran, pero lo gracioso sería que estaría gastando en algo que ni siquiera consumo yo. Mejor desembolsarlo pero en comida o en recorridos que me llevarían a conocer sitios especiales del lugar al que fuera.

Un nuevo comiezo

El viaje me ayudaría a conocerme a mí de una manera completamente diferente y sin duda me ayudaría en muchos aspectos de la vida. Cosa que la fiesta no. Con el viaje me desconectaría un poco de todo lo que estoy acostumbrada a hacer y eso le daría un respiro a mi vida. Además, una decisión así te ayuda a conocer a tus verdaderos amigos y a los que no lo son. Obviamente cuando les dije a mis amigos mi decisión, algunos se alegraron por mí. También hubo otros que se molestaron o que me insistieron en que no cancelara el plan inicial. Es increíble que con una decisión tan pequeña puedas conocer el verdadero YO de las personas.

Ahora que he hecho un viaje increíble por el sur de Europa no puedo estar más agradecida por esa oportunidad que yo me di. Tal vez tarde un poco en volver a salir, pero sé que ha valido la pena cada peso desembolsado.