No defiendo a los hombres, pero también hay que aceptar cuando la tóxica eres tú

Es claro que debe existir la lealtad de mujer a mujer y eso es algo que siempre mantendré. Sin embargo, por la forma en que me educaron, también me enseñaron a aceptar cuando yo soy la culpable. Ya sea en el trabajo, en la escuela, con mis amigas o con mi pareja. Así como siempre asumen que la infidelidad la debe cometer el hombre porque sólo él puede y no es así, porque en la realidad sabemos que tanto ellos como nosotras podemos hacerlo sin culpa alguna. Lo mismo pasa cuando se trata de ser celosa o tener conductas poco saludables; siempre piensan que nosotras somos las que lo hacemos. Pero cuando hay maltrato, lo relacionan a ellos, y no siempre es así. Muchas mujeres se transforman por completo y también hay que hablar de eso, cuando la tóxica eres tú y no él.

No son conductas específicas de un género

La realidad es que la infidelidad o el ser violento o desconfiado no son cosa de ellos o de nosotras. Estas conductas pueden ser llevadas a cabo por hombres y mujeres de la misma forma. Sin embargo, la sociedad se ha encargado de encasillar a cada uno en ciertas conductas, haciéndolos ver a ellos como el sexo fuerte y a nosotras como el sexo débil.

Basta de estereotipos

Olvidémonos de si ellos pueden ser esto y nosotras aquello. La realidad es que nadie (ni hombres ni mujeres) tendríamos porqué soportar conductas dañinas. Se trata de tener una vida plena, en donde podamos sentirnos felices y tranquilos de las decisiones que tomamos con nuestras vidas. Para lograrlo, lo principal es trabajar en nosotros para estar sanos, no sólo físicamente, también mental y emocionalmente. Si estamos bien con nosotros, evitaremos juntarnos con cualquier persona que desestabilice nuestra paz mental. No se trata de juzgar a nadie, se trata de trabajar en nuestras debilidades.