Por qué no es buena idea querer ser la mejor amiga de tu hija

En el afán de tener una buena relación con sus hijas, las madres comienzan a ser mejores amigas de sus hijas. Esto puede ser beneficioso en algunos aspectos, en otros es muy perjudicial. Con ello no quiero decir que no puedes ser la amiga de tu hija, pero siempre debes respetar ciertos límites si no quieres meterte en aprietos. ¿Aún no estás convencida? Te diré por qué…

Podrían olvidar que tú eres la madre y ella la hija

Durante un tiempo ambas se sentirán cómodas al compartirse muchas cosas. Conforme avanza el tiempo, esta convivencia comienza a borrar los límites que hay entre ambas. Para tu hija te conviertes en una amiga más con la que puede platicar, pelear y divertirse, pero no eres una figura de autoridad. Por tanto, ella podría comenzar a tener actitudes irrespetuosas contigo o rebasar cada vez más los límites que tanto tu pareja como tú le imponen.

Hay cosas privadas que no quieres saber

Por experiencia, puedo decirte que si tu mamá es tu mejor amiga se cuentan de todo. Al inicio se siente bien, pues tienes una confidente que siempre está para ti. No obstante, en algún punto se cuentan cosas que la otra no debería saber. Por ejemplo: hablan de los problemas de su matrimonio, tú hablas de los problemas que tienes con tu novio, las cosas que haces en una fiesta, etc. En consecuencia ambas se enteran de cosas un poco incómodas y que crean mucha tensión.

 Ambas pueden cambiar su percepción de la otra

En algún momento, saber tantas cosas privadas de la vida de tu madre o de tu hija hace que su relación se torne incómoda. En algunas ocasiones no sabrás qué decir ante lo que te cuentan.  Si eres la hija, te sentirás incómoda al ver la mirada de desaprobación de tu madre. Además, como madre tienes que corregir las conductas inapropiadas de tu hija y ella no reaccionará de la mejor forma.