El miedo a conducir me ha dejado paralizada, pero ahora sé que no sólo a mí me ha pasado…

Desde hace algún tiempo me di cuenta de que aprender a manejar era importante para la vida. Para el caso de una emergencia familiar o para trasladarte más cómodamente. Decidida a hacerlo, tomé un curso de manejo, pero el miedo a conducir me ha jugado mal.

Mi mente me traiciona

Recuerdo que cuando era pequeña, si acaso tendría 10 años, mi papá trató de enseñarme a manejar. Digo “trató”, porque no lo consiguió, creo que se desesperaba muy fácil de que yo no hiciera lo que él decía. Mejor aprendió mi hermano a manejar, en vez de que yo lo hiciera. Cabe recalcar que mi hermano es menor y años más tarde él trató de enseñarme, pero fue la misma historia. Mi papá, tal vez desesperado o preocupado, decidió meterme a un curso de manejo.

Clases

El curso al que me inscribieron duraba una semana y fui esperanzada de que al fin podría manejar yo sola. Las clases estuvieron bien y me sentía segura, porque el instructor traía frenos en su asiento, en caso de que yo no reaccionara cuando debía. Durante esos días me sentí muy bien y pensé que el miedo a conducir había desaparecido. Además, me sentía segura porque no iba sola y llevaba ayuda extra en caso de cualquier siniestro.

El miedo a conducir no se había ido

Una vez que terminé el curso, me dijeron que podía hacerlo, que ya estaba lista. Me emocioné mucho y me decidí a tomar el carro, pero una vez dentro todo cambió. Algo fue diferente en mi mente y me invadió muchísimo miedo. No pude ni siquiera sacar el carro de casa y me frustró un poco la situación.

Amaxofobia

Hablando con la psicóloga, me explicó que hay una fobia conocida como amaxofobia. Se caracteriza por ser una fobia de carácter situacional antes y durante el uso de un vehículo. Quien lo padece puede sufrir ataques de ansiedad, taquicardia, temblores, vértigo, ataques de pánico o histeria. Si no se atiende puede volverse un problema mayor que deja a la persona incapacitada para manejar. La fobia puede darse por una situación particular, como un suceso traumático o simplemente porque no te gusta manejar. También puede desencadenarse por todo lo que tienes que tomar en cuenta a la hora de manejar: control del auto, atención a los demás conductores, señalamientos, calles, personas y otros. La amaxofobia puede darse en personas inexpertas o en el conductor más experimentado.

¿Se cura?

De acuerdo a lo que platiqué con mi terapeuta esta fobia no se cura. Más bien puede hablarse sobre ella para llegar al punto de “superarla”. El tratamiento cognitivo-conductual puede ayudar en ello. Así que ya lo sabes, si quieres superar el miedo a conducir, es bueno que acudas con un especialista.