Es normal que tengas un día malo, y no eres la única. Así como tú, muchas otras chicas y yo hemos tenido días en los que sentimos que todo va mal. Esos días largos, tediosos en los que deseas no salir de la cama pueden tener solución. Dale la vuelta a esos días grises con ayuda de estos consejos.
Dedica tiempo a hacer algo que te gusta
Cuando tienes un día malo, hacer algo que te gusta mucho lo puede mejorar. Algo como salir a ejercitarte un rato en el gimnasio, es una opción. Caminar en algún parque cercano y apreciar todo lo que te rodea son otras alternativas. Escuchar a las aves cantar y ver niños felices jugando en el parque nos arranca una sonrisa. También puedes prepararte o comprarte tu platillo favorito y disfrutarlo al máximo. El chiste es ocupar tu cuerpo y mente en algo positivo para que así tus pensamientos se despejen y logres concentrarte en todo lo bueno.
Evita la tele en un día malo
La televisión es un mal aliado para levantarte el ánimo porque muestra imágenes de mujeres “perfectas”. Su cutis está libre de imperfecciones, la piel tersa, con una sonrisa impecable. Todas esas ilusiones se dan gracias a los efectos de las cirugías y cámaras. Pero si tu día es malo es lo menos recomendable, porque ver todas esas imágenes pueden hacerte sentir aún peor. No olvides que esas mujeres no son reales y tener expectativas erróneas sólo te lastimará. Mejor aprovecha el tiempo que tengas contigo y reconoce la maravillosa mujer que eres. Recuerda que siempre tendrás la posibilidad de convertirte en la mejor versión de ti si te lo propones.
Sé amable con las personas que te rodean
Hacer algo por otra persona te hace sentir mejor porque parte del buen sentimiento se te regresa. Si vas en el transporte público y alguien estornuda puedes decirle salud. Al voltear la otra persona a agradecerte te sentirás bien por lo que acabas de hacer. También puedes decirle a tu mamá lo hermosa que luce con algún accesorio o prenda. Todo lo que comentes debe ser con sinceridad, porque si lo haces sólo por compromiso no surgirá el mismo sentimiento de bienestar.
No olvides que cada día es una nueva oportunidad y de ti dependerá cómo quieras vivirlo. Un día malo siempre puede mejorarse si te lo propones.