La felicidad, bienestar y seguridad de nuestros hijos es nuestra prioridad. Por ello, siempre estaos al pendiente de lo que les ocurre. Sin embargo, existen ocasiones en las que no están bajo nuestra supervisión y en esos escenarios en los que no podemos protegerlos. Un caso es el abuso o bullying. Estas son las señales de alerta que debes conocer para descubrir si tu hijo sufre abuso.
Cambio radical de conducta
Tú más que nadie conoces el carácter de tus hijos. Por eso, si notas una gran diferencia en su forma de comportarse, debes platicar con él. Pregunta si algo le sucede o lo incomoda. Puede que se vea más tranquilo o enojado de lo normal, ambas son señales que no puedes ignorar. También recuerda que el foco rojo no sólo es su escuela, sino los otros espacios donde tu pequeño socializa: el parque, cursos extracurriculares, casa de algún amiguito.
Pierde el interés por las actividades que realiza o le gustan
A menudo, cuando un niño sufre acoso comienza a retraerse. Puede sentirse tan mal que deja a un lado todo lo que le gustaba. Pregúntale de forma amable y casual si ya no le gustan esas actividades que hacía o si existe algún problema en ese entorno. Sé paciente y no lo interrogues, en ocasiones no hablan por temor.
Presenta golpes o moretones por el abuso físico
Hasta cierto punto es normal que los niños se raspen las rodillas si se caen de algún juego. Sin embargo, cuando hay moretones, nariz sangrante o dolor en alguna parte de su cuerpo, el origen no es accidental. Si observas eso, ten por seguro que algo anda mal. Es importante que lleves a tu hijo a terapia, el acoso escolar causa grandes estragos en su salud física y mental.
Tiene pesadillas
Si tu pequeño no logra conciliar el sueño o tiene pesadillas o terrores nocturnos cada noche, platica con él. Es evidente que el niño tal vez no conceptualiza el acoso como tal, pero sí sabe que ciertas personas lo agreden. Por eso debes ser muy cuidadosa al preguntarle qué sucede.
¿Conoces algún caso y cómo lo resolvieron?
