La mujer que quiere ser como ellos es aquella que reniega de otras mujeres, se burla de ellas, niega el feminismo, etcétera, sobre todo en presencia de hombres. Es aquella que prefiere rodearse de chicos pues no soporta el “drama” de su mismo sexo. Es la “chica cool” que se lleva mejor con hombres y a veces hasta se describe como “uno más de ellos”. Puede parecer una fase para algunas y un estilo de vida para otras, de cualquier manera existen peligros en torno a este concepto.
La chica que “lo entiende”
La chica cool “lo entiende”. No se queja de la misoginia ni de las bromas sexistas. No es “estirada”, prefiere morir antes que ser llamada “feminista”. Le encantan los deportes, los juegos de videos, la cerveza, la carne asada, los chistes sucios, el sexo casual… Aclaro que hay mujeres a las que genuinamente les gustan estas cosas; sin embargo, a la chica cool “le gusta” por amoldarse a los gustos masculinos y demostrar que no es una más.
Proximidad al poder
Las mujeres son enseñadas a competir con otras mujeres. Existe la idea de que si te alejas de tu propio género y mejor te “juntas” con hombres “te preferirán” sobre otras mujeres. Además, te tratarán con el mismo respeto con el que tratan a otros hombres. Este fenómeno se conoce como “proximidad al poder”. Se refiere a la idea de que alinearte con la persona/grupo en el poder, te dará acceso al mismo.
Inconvenientes de ser “un chico más”
Las mujeres que logran integrarse a grupos puramente masculinos quizá resulten afectadas en su autoestima. Cuando los hombres hablan de otras mujeres lo hacen sin reservas. Los comentarios acerca de su apariencia, cuerpos o inteligencia pueden afectar en la manera que ven su cuerpo y cómo se sienten consigo mismas. Finalmente, si no estuvieran ahí sentadas, esas mismas críticas les esperarían. Lo peor es que al ser una chica cool no puedes mostrarte incómoda con estos comentarios, debes tomarlo con humor, lucir relajada.
Los peligros de las chicas cool
Ser una de estas mujeres no está limitado solo a la adolescencia. La idea de “proximidad al poder” se puede manifestar en la vida diaria. Mujeres siendo “victimizadas” por otras mujeres tras una violación o injusticia. O mujeres que aceptan chistes sexistas, inapropiadas por parte de hombres, culpando a otras mujeres de “no tener humor” por sentirse ofendidas ante estas. No han caído en cuenta en que el problema es un sistema que acepta tratar a las mujeres como objetos. Son cómplices de actitudes sexistas y misóginas hacia su propio género, que afecta a sus madres, hijas, amigas, hermanas… Es aceptar abiertamente que las mujeres merecen ese trato. Mientras no tengamos a todas las mujeres de nuestro lado, esto prevalecerá. No se trata de ser solidaria con mujeres solo por ser mujeres; se trata de buscar igualdad y justicia en cualquier ámbito.
