Todos hemos sufrido los estragos que ha traído consigo la pandemia. No sólo ha sido una crisis sanitaria, sino que ha dañado nuestras emociones, sin importar qué tan chicos o grandes seamos. El mayor problema, es que en los niños, está dañando su identidad. No significa que en la vida de los adultos no pase nada, más bien, en el caso de los más pequeños, les está afectando más porque han perdido momentos invaluables de convivencia y socialización. Eso les ayuda a formar su identidad y autonomía y obviamente no lo están teniendo a causa del encierro.
Han dejado de ser niños
El hecho de no tener convivencia con otros niños, está perdiendo el sentido de la amistad, la competencia y el respeto. El mayor cambio lo sufren los niños que pasan de un nivel a otro (preescolar a primaria, primaria a secundaria o secundaria a preparatoria). Al no generarse esta convivencia, no es de sorprenderse que los niños estén presentando casos de depresión, ansiedad, angustia, hastío y hostilidad. Al regresar a las clases presenciales, habrá problemas de adaptación porque ellos han dejado de saber relacionarse con sus pares.
Qué puede pasar con la generación Covid
- Inseguridad en el trato con sus pares.
- Falta de identidad y autonomía.
- Inmadurez emocional.
- Hostilidad con los adultos.
- Timidez y ansiedad.
- Hiperactividad o problemas de concentración.
- Impulsividad.
- Desconfianza permanente.
Qué hacer al respecto
- Organizar salidas a lugares abiertos. La convivencia con la naturaleza es importante.
- Favorecer la convivencia con otros niños de manera segura.
- Realizar actividad física.
- Prepararlos para la frustración.
