No sé cómo haya sido en la tuya, pero a mi generación nos enseñaron desde muy pequeñas a ser mujeres de casa. Con el paso de los años las creencias de las abuelitas e incluso de muchas madres han ido quedando atrás de una forma muy tajante. Actualmente, ser mujer no es dedicar tu vida a tu marido ni a los hijos. Lo fantástico de ser una mujer hoy en día es que puedes adoptar el rol que tú quieras.
Al final, ser una mujer hoy en día no es darle gusto a los demás. En realidad se trata de ser tú misma y ser fiel a tus propias creencias. Es decir, significa enfrentar obstáculos, tomar decisiones, llevar las riendas de tu vida.
Ser una mujer hoy significa tomar decisiones difíciles
La vida de una mujer es complicada. Tomar decisiones difíciles es el pan de cada día de todas nosotras. En algún momento de mi vida creí que al crecer sería maravilloso encontrar un esposo y tener hijos. Es decir, vivir ese cuento que tanto veía en las películas románticas. “Amor para siempre”. Aunque admito que tener una pareja con quien compartir el tiempo es hermoso, debo reconocer que a ese cuento romántico le hace falta una verdad. Antes de enamorarte de alguien más deberías aprender a enamorarte de ti misma. Sin ánimo de caer en la egolatría, esta es una de las decisiones más difíciles hoy en día.
Debatirte entre ser soltera, casada, madre…
Hay que aceptarlo: muchas no aceptan muy bien la soltería y nunca descubren que la soledad puede ser una maravillosa maestra. En el otro extremo, hay solteras que viven tan bien consigo mismas, que olvidan que puede existir alguien que las tome de la mano. Alguien que las acompañe en el camino. Esto sin contar los incesantes comentarios de las personas externas. Las mujeres nos debatimos en una incesante ola de decisiones e indecisiones. Al final solo hay una respuesta correcta; seguir tu instinto. A eso suma nunca decirle “no” al amor. La vida es un viaje. Amarte a ti misma es lo mejor, pero siempre es bueno dejar que entre el amor. Finalmente no hay mejor maestro en esta vida.
Ser una gran fuente de amor incondicional de muchas maneras
Lo cierto es que las mujeres somos una fuente inmensa de amor. Amamos a quienes la vida nos pone en el camino, empezando por nuestras amigas, siguiendo por nuestra familia y nuestra pareja. Somos capaces de ver la luz en la persona más oscura y perdida. Es el don que nos hace únicas. Por esa razón, donde hay mujeres la vida se nota más cómoda y alegre. Somos y siempre seremos el hogar que buscan las demás personas. Soy una mujer que pasa más del 90% de su tiempo involucrada con diferentes grupos de mujeres. Por eso, puedo admitir que no hay energía más característica y amorosa que la que se crea entre mujeres que se procuran ente sí.
Somos la piedra, la amiga, la amante, la todóloga de todos
Las mujeres somos multitasking. Ser una mujer hoy en día es mucho más que ser la mamá que lo hace todo por sus hijos. Las responsabilidades que tenemos suelen ser abrumadoras. Somos la amante, la amiga, la jefa, la todo… pues las mujeres cambiamos de rol unas 10 veces al día. Nunca mostramos cansancio y tratamos de lidiar con lo que recae sobre nosotras sin hacerlo notar. ¿Por qué? Porque somos el pilar sobre el que recae una casa, una empresa, nuestra pareja, familia y, aún más importante, nosotras mismas.
Las mujeres somos más que curvas y maquillaje
Ser una mujer hoy en día es una bendición que agradecer. A pesar de que existen aun lugares donde se ve a la mujer como objeto y donde se ejerza contra ellas la violencia, somos afortunadas, la mayoría. Si estás leyendo esto es porque tienes un móvil o una conexión a internet, Quiere decir que eres una de las mujeres afortunadas que tiene la libertad de hacer muchas cosas. Nunca lo olvides, claro que somos mucho más que maquillaje y curvas y tú ya eres una mujer con mucha suerte.