Las experiencias amorosas del pasado no te definen

Nos guste o no, todos tenemos experiencias amorosas. Desde que comenzamos a relacionarnos con personas, de manera sentimental, vamos formando lazos que aunque se termine la relación, se quedan ahí. Son experiencias, buenas o malas, que dejarán algún aprendizaje para ti. Así que nunca deberías juzgar a nadie por las decisiones que ha tomado, por las personas con las que se ha relacionado o por la manera en que ha actuado. Recuerda que todas podemos cometer errores.

Nunca debes juzgar a nadie sin antes conocerlo

La realidad es que todas hemos juzgado a muchos sólo por lo que vemos, pero eso no es suficiente para tener una opinión sobre alguien. Para que realmente puedas crear una crítica sobre alguien, necesitas tratarlo. Lo mismo pasa cuando pretendemos relacionarnos con alguien, pues venimos cargando experiencias buenas o malas. Eso a veces te hace poner las uñas en tu defensa, porque en el pasado te ha ido mal. Pero no todos son como las experiencias malas que has tenido antes.

Siempre a la defensiva

Al ser herida en el pasado, optas por seguir la vida con un enorme escudo, para evitar ser dañada con las nuevas experiencias amorosas. Todo eso es consecuencia de tus miedos, que sin duda te evitan disfrutar por completo de la pareja con la que estás en ese momento.

No culpes a los otros del éxito de tus experiencias amorosas

Lo peor que puedes hacer cada vez que tus experiencias amorosas no salen bien, es culpar a los demás de ello. Si eres de las chicas que cada vez que alguien llega a tu vida y sólo haces una evaluación de acuerdo a tus vivencias pasadas, estás muy mal. El hecho de que antes te hayan fallado, no significa que el nuevo prospecto haga lo mismo. Si no dejas de juzgar a todos por las experiencias amorosas que has tenido, tú sola ocasionarás que las cosas terminen mal. Sólo tú provocarás que los demás se alejen de ti. Porque tú ya creaste una imagen de esa persona sin siquiera conocerla.