El instinto maternal es una cuestión muy íntima. Una conexión única que se da entre tu bebé y tú, siempre que así lo desees.
Todas las mujeres por naturaleza estamos preparadas para la reproducción, pero eso no indica que sea una obligación convertirnos en madres.
Es más bien una decisión personal, por lo que no debe influir ninguna imposición o presión sobre nosotras.
¿Qué es el instinto materno?
Es una fuerza interna que se presenta en algunas de nosotras, con la que surge el deseo de formar una familia.
Nos remite a un deseo personal de cuidar, proteger y dar amor a otro ser.
Un vínculo muy peculiar que establecemos con nuestro hijo desde que nace.
Este impulso nos empujará a actuar del modo que sea necesario con el fin de proteger a nuestro pequeño.
Nos sacrificaríamos por ellos sin pensarlo, porque nuestras hormonas se han encargado de prepararnos desde el embarazo.
Si tú ya tienes la experiencia de ser mamá, me entenderás si te digo que desde el momento en que lo tenemos en nuestros brazos nos invaden miles de sentimientos.
Miedo y angustia son sólo algunos de ellos al preguntarnos si seremos buenas madres.
Queremos saber si seremos capaces de cubrir sus necesidades.
Pero tranquila, con la marcha irás resolviendo esas dudas que te atormentan.
Siempre encontrarás el modo adecuado de resolver las situaciones en las que te encuentres.
Hay otras mamás que pueden mostrarse indiferentes y eso no las hace malas personas ni malas madres.
¿El instinto materno surge en todas las mujeres ?
Las condiciones en que cada una de nosotras se desenvuelve a la hora de la llegada de nuestros hijos, tiene mucho que ver con estas actitudes.
Factores como el cansancio o el poco apetito sexual provocan inseguridad en nosotras y eso nos hace dudar de nuestro instinto maternal.
Optan por renunciar a la maternidad porque relacionan esto con una responsabilidad obligada o un sacrificio.
Pero tranquila si ese es tu caso.
El contacto que vas teniendo con tu bebé es lo que despierta ese instinto. Por lo que aflora en la mayoría de mujeres y hombres.
Esto se construye día a día y en todas es distinto, así que no te compares nunca con ninguna otra mujer.
Todas somos diferentes y nuestras creencias y educación también lo son.
Para concluir no olvides esto: el vínculo lo construyes en cada momento que compartes con tu bebé.
Recuerda que es calidad y no cantidad. Disfruta de la maravilla de ser mamá.