Cómo identifico a los patanes

No he salido con muchos chicos, pero sí he tenido algunos pretendientes que preferiría olvidar. Sin embargo, gracias a ellos aprendí a reconocer y evitar a los patanes. Así mismo, he tenido como base las anécdotas de algunos amigos que me han ayudado a escapar de esta especie tan desagradable. Así es cómo identifico a los patanes.

Mi gran fuente de confianza son mis amigos

Siempre he tenido más amigos que amigas. No sé por qué, pero me he sentido más confiada entre chicos. Afortunadamente, eso ha cambiado y ahora tengo más amigas. No obstante, juntarte con chicos tiene distintas ventajas. Una de ellas es que conoces todas sus técnicas de ligue (que, por cierto, son muy malas). Ya fuera por charlas que escuchaba o cada vez que tenía un pretendiente y mis amigos me decían si era buena idea salir con él, siempre estuve enterada de uno o dos movimientos de los chicos. Además, hablaban de una forma más cercana y ya no me creía sus mentiras.

Te halaga todo el tiempo, incluso cuando no debe hacerlo

Halagar a las mujeres todo el tiempo para ganar su atención es un truco muy barato, pero muy utilizado. En este punto tenemos que ser muy inteligentes pues no vamos a caer con el primer chico que nos diga cosas bonitas. Recuerda que cualquier persona puede decirte un comentario positivo y sin la intención de ligarte. Por eso, cada vez que un hombre me halagaba sólo le decía: “lo sé”. Sé que parece grosero o altanero, pero prefería eso que tener un chico molestándome o, peor aún, subestimando mi inteligencia.

Casualmente siempre está en tus momentos vulnerables

Definitivamente los hombres mustios y los aprovechados son los peores. Desafortunadamente me encontré con los dos tipos. El primero llegó en forma de un chico que me daba largas para estar conmigo con el siguiente pretexto: “No quiero lastimarte”. Obviamente hacia todo lo contrario, pero cuando lo confrontaba, se justificaba con mil excusas. En cuanto a los aprovechados, siempre había un tipo que me hablaba cuando pensaba que estaba. Afortunadamente siempre supe evadir a  estos hombres con un “visto” o una mirada lasciva.

El clásico “yo puedo tener a quien quiera”

Este es muy fácil de identificar pues siempre se la pasa presumiendo lo guapo y buen partido que es. No obstante, no sólo alaba su físico, también te platica acerca de su buen gusto musical, en cine, incluso en ropa. El chiste es que por dos horas habla de él y de cómo se ama. Es más si pudiera, se besaría frente a ti. Si no te duermes a media cita, puedes decirle que es demasiado aburrido para ti. Estos son los tres tipos de patanes que he conocido y me es fácil de identificar. ¿Tú cuáles conoces?