Tener una buena autoestima no es algo estático, cambia todos los días. Al menos es lo que yo he notado en mi día a día. Cuando pasas por muchos cambios o calamidades, es cuando más se nota qué tan bien o mal estás mentalmente. Y yo he encontrado algunas ideas prácticas para comenzar a amar mis “defectos” que al final no lo son, porque son parte de mi personalidad. Y me gustaría compartirlos contigo porque estoy segura de que, igual que yo, tú te has sentido perdida en algunas ocasiones.
No te compares
Lo primero que tienes que hacer es dejar de compararte con los demás. Porfa, deja de hacerlo. Lo que ves en IG, FB y Snapchat son solo pequeños rastros de una “buena vida” que normalmente es una vida tan común y tan corriente como la tuya. No dejes que las apariencias dominen tu forma de ver las cosas. Comparar tu abdomen con el de la siguiente fitness influencer no te va a dejar nada bueno. Te tengo una noticia, así como estás en este momento eres perfecta. Estás guapa y eres más que suficiente. Si te preocupa la opinión acerca de alguien sobre tu persona, es mejor que te preguntes: ¿me gusta la persona que soy?
Y la verdad no todo el tiempo vas a decir que sí
Me encantaría decirte que con un poco de maquillaje y la ropa adecuada vas a encontrar mágicamente el impulso para sentirte hermosa. Y la verdad es que sí ayuda bastante lucir guapa, pero no lo es todo. Ve a las modelos más guapas y te diré que la mayor parte de ellas tiene problemas cotidianos muy similares a los tuyos. Es momento de que dejes de pensar que si tuvieras tres centímetros más, tu vida sería ideal. O que si te ganaras la lotería hoy, serías la mujer más feliz del mundo. Hay personas que cambian toda su apariencia física para conseguir su propia aceptación y lo más triste es que, al final, no están conscientes de que el problema no es su cuerpo, el problema es lo que traen en la cabeza.
Arregla tus pensamientos
Esos días cuando piensas que te esta yendo fatal en todo, date un break. No tienes que cumplir con todos los pendientes de la chamba como un robot, ir al super, lucir perfecta, meditar, ir al gimnasio. ¡Uf! Nada en esta vida es perfecto y si te pones metas tan altas, como ser una super mujer multitasking todos los días, vas a fallar. El problema con fallar es que te vas a empezar a “latiguear”. Deja de sentir culpa por no poder ir al gimnasio siete días a la semana, porque no puedas ser 100% productiva toda la semana, porque no te acordaste de pasar a la lavandería. Calma tu mente, cuando pienses que estás haciendo todo mal. Quizá solo te estas poniendo metas demasiado complicadas. No es un defecto no poder con todo, se llama ser humana.
No le presumas a todo el mundo
¿Sabes qué es triste a mis ojos? Ver en restaurantes a parejitas o familias enteras tomándole foto a sus comidas. O estar viendo un atardecer de esos que te dejan el alma al descubierto y gente alrededor grabando en vivo. Por Dios, ¿que ya nadie quiere vivir? Anuncio interno, no tienes por qué presumir todo lo que comes, lo que ves, lo que haces, lo que sientes, etc. Es como cuando pasas la mañana entera eligiendo posts inspiracionales y es todo lo que posteas en tus redes. Aviso flash: lo único que enseñas con tus mensajes de “lo he superado” es que claramente no lo has superado. Si lo hubieras hecho, seguramente no tendrías que traerlo a colación, y menos públicamente. Conclusión: no bases tu estado de ánimo en fotitos y frases inspiracionales; mejor vívelas y siéntelas. Vive el cambio interno.
Sé real y profundamente feliz
¿Sabes qué me cambia el día? Pasar por café antes de ir al trabajo. Es una tontería, pero a mí me encanta caminar al trabajo con mi café en la mano. Me cambia el mood y, de paso, conozco mil cafeterías: desde las más nice, hasta las más random. Y me di a la tarea de encontrar el mejor chai latte de la zona en la que trabajo. Aún no decido cuál es, pero he probado sin duda de todo. Busca cosas que te hagan feliz todos los días y hazlas por ti.
Y por sí aún lo dudas. Sí eres perfecta así con tus “defectos”. Trabaja en lo que no te guste y vive sabiendo que estás logrando ser la mujer que siempre has querido ser. Sin exigirte metas irreales y sin que te dé miedo ser diferentes y no seguir como borrego los #lifegoals que todo el mundo tiene.