Lo más difícil de tener un hijo, más allá de los recursos económicos es la educación. Uno no nace sabiendo cómo educar a un pequeño, pero sobre la marcha se aprende. Desde que ves a tu abuela y a tu madre haciendo de las suyas con sus niños, hasta que experimentas en cabeza propia. Para hacer que tu hijo te haga caso o se comporte de cierta forma debes encontrar el mejor truco. Aquí trajimos unos para ti.
Pequeños consejos para hacer que tu hijo te haga caso
Lo más importante a la hora de darle una orden a tu hijo es el amor. Sí, aunque la manera implique firmeza, el amor se nota en toda tu expresión. Entonces el amor es, en realidad, el secreto de todo.
La importancia de que los hijos hagan caso a las indicaciones que les das es evitar que hagan algo peligroso que arriesgue su integridad física. Otra razón es que aprendan disciplina y eso se mama en casa, no sólo en la escuela. Muchos papás llevan a sus hijos a la escuela porque creen no poder con ellos, cuando en realidad es al revés el orden: primero se les educa en casa para luego mandarlos a la escuela, ¿no creen?
Bueno, ahora sí, vamos al tema que nos quema… ¿Cómo hacemos para que esos muchachitos nos hagan caso?
Aprenden con el ejemplo
- Recordemos que ellos aprenden con el ejemplo. Para mí, ésta es nuestra primera pauta a seguir. Desde que ellos son bebecitos debemos acostumbrarlos a la forma en que queremos que se comuniquen y se conduzcan con los demás. Por ejemplo: si no deseamos que digan groserías, pues no los acostumbremos a ellas; si no queremos que hablen de manera golpeada y gritando, entonces no hablemos así. Lo mismo con los hábitos: para ordenarle que recoja su cuarto, lave un plato o saque la basura, él debe estar acostumbrado a que eso es lo que hacen normalmente los integrantes de la familia a la que pertenece. Entonces, cuando le pidas que lo haga, será más fácil que te haga caso.
- A los pequeños debes hablarles a su altura. Agáchate un poco para que se sienta identificado y no te vea como un ogro gigantón dándole órdenes y apuntando con el dedo. Cuida tu expresión corporal también, no solo el lenguaje. Si ya le estás hablando con amor, tu cuerpo debe decir lo mismo, de lo contrario, la respuesta de tu hijo será de rechazo o de miedo y tampoco se trata de eso.
Sé firme, pero no autoritaria
- Depende de lo que le pidas puedes comenzar con un “por favor” (no siempre). Si vas a pedirle que se encargue de algún pendiente doméstico, pídeselo amablemente y por favor. Si no hace caso, entonces sé firme pero no autoritaria. Entonces si es necesaria una tercera vez, tendrás que decírselo más fuerte y con la misma firmeza, pero hazle ver que es la tercera vez que se lo pides y que no es necesario llegar a ese punto.
- No lo amenaces, no funcionará. Mucho menos si en ocasiones anteriores no has cumplido tus amenazas. Mejor, prémialo algunas veces que te haga caso (no siempre pues esto tampoco sirve). El premio debe ser simbólico, no se trata de hacer un gasto. Por ejemplo: prepárale un postrecito y cuando se lo des dale las gracias por haberte ayudado o cuando te pida algo dile que sí, que se lo ha ganado.
- Si tu pequeño está haciendo algo peligroso, no tienes que pedirle nada: debes acercarte y moverlo de ahí. Digamos que tu niño está jugando con los enchufes, no puedes hablarle tiernamente: “Bebé, quítate de ahí, deja los enchufes, mi amor, te vas a electrocutar”… ¡No! Debes hablarle firmemente y fuerte e ir hacia él para asegurar su integridad. Quizás se asuste, así que tendrás que explicarle tus razones.
Siempre háblale con amor, así sea una orden, pues recuerda que a cada acción hay una reacción. Si tu hijo se pone rebelde o agresivo no es gratis. Además, ellos siempre quieren saber de razones. Entonces, así creas que es una tontería, debes explicarles por qué quieres que hagan lo que les pides.
¿Qué te ha funcionado a ti para que esos chiquillos te hagan caso?