La generación nacida entre 1981 y 1995 conocida como millennials se ha caracterizado por ser inteligente, preparada y haber nacido en un mundo tecnológico. Asimismo, los millennials, son menos propensos a comprometerse que las generaciones pasadas. Puede parecer miedo al compromiso y a la vida monótona del matrimonio, pero esta conducta se trata de mucho más.
Cuando las posibilidades son infinitas
¿Qué pasaría si tuvieras que escoger entre comer helado de vainilla o chocolate? Seguramente podrías tomar la decisión al cabo de algunos segundos. ¿Y si tuvieras que elegir entre chocolate, vainilla, fresa o coco? Seguramente demorarías algunos segundos más. ¿Y si tuvieras la posibilidad de elegir entre 100 opciones de helado? Sería muy difícil que tomaras una decisión con la cual te sintieras completamente satisfecha, pues estarías preguntándote si fue la correcta o si hubieras podido elegir mejor.
Eso es exactamente lo que le pasa a esta generación. Se encuentran repletos de opciones de personas para salir (gracias a las aplicaciones de citas y redes sociales) que el escoger una implica renunciar a las otras. Así, el sentimiento de estar abandonando algo mejor o de estar perdiéndose de algo bueno por haberse comprometido con algo más, es abrumador. Por eso, prefieres siempre mantener sus opciones abiertas y seguir disponibles.
“Amor lento”
Otra práctica recurrente de esta generación es el llamado “amor lento”. Este título es paradójico, pues se refiere exactamente a lo contrario. Los millennials prefieren tener sexo con muchas personas distintas, por diferentes motivos. Uno de ellos, es que quieren estar seguros cuando decidan comprometerse con alguien. Por otro lado, tienen la mayor cantidad de sexo premarital que otra generación hasta ahora. Así, para la generación millennial, el matrimonio no es una vía forzosa para obtener sexo.
Hijos de casa
Otro factor que sin duda influye en esta falta de compromiso como lo conocemos es su vivienda. A comparación de otras generaciones, los millennials tienden a vivir por más tiempo en casa de sus padres. Seguir viviendo bajo las reglas de los padres, puede dificultar el desarrollo de una generación.
Entonces, no es que huyan del amor, es una generación que disfruta de su libertad, que prefiere no apresurar las cosas. De alguna manera aseguran estar listos para el compromiso una vez que toque a su puerta.