Espere a mis 36 para perder la virginidad dentro de un matrimonio ¿Valió la pena?

Durante mucho tiempo este tema fué el acto reflexivo de toda mi cuminidad de amigos. Muchas de mis amigas a los 28 me decían que me estaba perdiendo de la mejor parte de la vida. Hable con muchas personas acerca del tema y tristemente no encontraba muchas que secundarán la opinion romántica que yo tenía del sexo.

¿Por qué no quería tenerlo? ¿ la virginidad vale?

Crecí en una familia cristiana muy tradicional, donde se me enseñó poco del sexo. Esa actividad en concreto era solo para el matrimonio y de hecho no era considerada como algo primordial. Mi acercamiento al conocimiento de las relaciones sexuales comenzó a los 21, cuando la mayoría de mis amigas ya habían perdido su virginidad y yo tenía la clara decisión de tener sexo hasta el matrimonio. Muchas de ellas no paraban de decirme por años que estaba tomando una pésima decisión.Aún con la presión yo seguía creyendo que lo mejor era esperar a encontrar una relación ideal, solo así le diría adiós a mi virginidad.

Tuve citas con todo tipo de hombres

Me di la oportunidad de salir con cocineros, chefs,ingenieros, diseñadores, arquitectos y un montón de otros chicos más. Sin embargo ni uno de ellos se quedó a mi lado. Estaba acostumbrada a ser abandonada por cada uno de ellos. Ni siquiera era por el tema del sexo, en gran parte, todos los hombres que escogía estaban en o disponibilidad de tener algo serio. En muchas ocasiones me encontré frustrada y con el corazón roto, pues el sexo aparecía en cada etapa de mi vida como una sombra.

La primera vez, todo lo que tienes que saber al respecto

Cuando llegue a los 34 pensé…. ¿y ahora qué?

La mayoría de mis amigas para ese entonces ya habían tenido varias relaciones serias y muchas de ellas ya estaban casadas y hasta con hijos. En cambio yo, era como la soltera en desgracia. #4 años, virgen y con un largo récord de malas experiencias con los hombres. No sabía si lo de dejar el sexo para el matrimonio era lo ideal, porque quizás nunca me casaría. Leí muchísimo al respecto, desde estudios, hasta libros espirituales y por supuesto el kamasutra. Me consideraba una experta en el tema, aunque jamás lo había practicado. Entonces comencé a buscar información, algunas mujeres deberían de haber tenido la misma loca idea que yo.

Las encontré

A más de una, en portales de internet, pero sobretodo en iglesias. La verdad es que ninguna de sus historias congeniaba con la mía, fué ahí donde me di cuenta que mi abstinencia no iba del lado religioso o espiritual. Yo estaba buscando algo más y no encontraba exactamente qué era. Le pregunté a varios doctores si mi abstinencia era peligrosa, algunos médicos me dijeron que tener sexo tenía incontables beneficios, pero de no tenerlo podría traerme el riesgo de sufrir algo de depresión me dijo una psicóloga.Estuve en terapia por meses hablando sobre el mismo tema, mi psicóloga insistía en que estaba siendo muy dura conmigo misma al grado de que todo en mi vida giraba en torno a no tener relaciones y buscar al hombre perfecto que nunca aparecería.

Llegue a mis 35 y mi mejor amiga me presentó con alguién

Debo decir que mi mejor amiga era la más preocupada de todos por mi situación. A ella le daba miedo que yo fuese a tener tumores en el útero o cualquiera de esas complicaciones peligrosas por nunca haber tenido relaciones. Fué cuando ella conoció a un chico tranquilo y amable de sus oficina que decidió presentarlo.Este chico era diferente a todo los hombres con los que yo había salido.Él respondía cada mensaje que yo le mandaba, era caballeroso y siempre tenía un paso adelante. Me costó mucho trabajo sentirse bien dentro de una relación donde tenía a un hombre enteramente disponible.

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Por fin encontré lo que estaba buscando

Lo gracioso de mi historia fue que ese chico que ahora es mi esposo, me enseñó que no estaba buscando al hombre correcto. Estaba buscando una versión más sana de mi misma. Después de analizar mi pasado amoroso, me di cuenta de la cantidad de hombres deprimidos, divorciados, sin disponibilidad que había dateado. Durante 30 años nunca me había dado la oportunidad de ser amada. Fue un largo viaje hasta el encuentro conmigo misma. A mis 36 en un viaje a europa, perdí mi virginidad en Italia. No fué mágico, ni perfecto. De hecho fue bastante incómodo al principio. Lo bueno es que tuvimos suficiente tiempo para practicar después de eso.

Ahora soy una mejor versión de mi misma que tiene sexo

Quizás nunca tendré esas aventuras que mis amigas cuentan sonriendo de oreja a oreja. Ahora que estamos más grandes y cada una cuenta el recuento de sus aventuras amorosas. me he dado cuenta que en efecto me perdí de varias experiencias graciosas. Sin embargo no me arrepiento. A pesar de las problemáticas que aparecen después, porque es un hecho que las hay como en cualquier relación madura. Yo tuve un camino diferente para encontrarme a mi misma. Espero poder enseñarle eso a mi pequeña hija cuando nazca próximamente.

Porque sí algo aprendí en realidad después de amarme a mi misma, es que no puedes dejar que el sexo y la virginidad controle la mayor parte de tu juventud.