Todos hemos vivido el amor de forma diferente. Muy a nuestra forma tenemos grandes historias de amor y algunas otras de terror que nos han servido para madurar y encontrar una mejor pareja. Sin embargo, en las historias de amor más duraderas siempre hay una constante que deja a ambas personas seguir adelante.
Encontré que el amor no se trata solo de sexo
En las primeras semanas incluso meses, el sexo es maravilloso. Te dejas extasiar por las sensaciones que la otra persona te hace sentir físicamente y aunque la química en la cama es esencial, hay muchas otras cosas que convierten las historias de amor en historias para toda una vida.
Cuando conocí al amor de mi vida
Conocí al indicado. Tenía ojos grandes, bonita sonrisa y un gran talento para hacerme feliz. Su creatividad me llevaba alto, nunca había estado con alguien que compartiera conmigo el mismo lenguaje. Para mí fue como romper el cristal donde me había encontrado presa tanto tiempo. La luz en mi vida comenzó a llenar cada aspecto y entonces llego él. Con mucho humor negro, un ego enorme y un corazón que no le cabe en el pecho. Al principio todo era sexo.
Y un muy buen sexo
La química sexual entre nosotros no estaba a discusión, yo nunca había estado con alguien que me hiciera sentir de esa forma. Con solo su mirada yo ya me encontraba en lo alto, yendo a la luna. Claro, el sexo no dura por siempre, con la misma intensidad.
El cariño que le cobras a la persona
Más allá de la compatibilidad sexual había un gran factor aparte: el cariño que nos gobernaba a ambos crecía con los días. Al principio él se resistía, aunque claramente se dejaba acariciar, dar besos y se sentía seguro en mis brazos. El hombre duro se fue desvaneciendo con los meses.
Porque todo el mundo trae equipaje
Y una gran parte de amar a alguien es amarlo con la parte del equipaje que trae cargando. Es imposible recibir todo el amor y afecto de una persona esperando que deje al lado sus inseguridades y las heridas que ha sufrido en el pasado. Cuando empiezas una relación, todo debe empezar de nuevo. Es una reconstrucción de tiempo, espacio y vivencias. Para mí, derrumbar la capa de hielo que lo rodeaba no fue un sufrimiento: fue como fundirme con su pasado y aprender de él. Si bien fue un lapso algo largo, yo estaba segura de que el amor dentro de mí un día iba a terminar derrumbando sus paredes.
Y así fue…
Por un tiempo estuvimos separados. Él no estaba muy seguro de qué lo mantenía cerca de mi; no obstante, me contó que un día después de no hablarme por alguna semanas y conocer a otra chica se dio cuenta de que ya nada iba a ser igual. Al final el cariño y amor que yo irradiaba hacia él no se comparaba con el que le ofrecían. Entonces decidió regresar a mí con la cola entre las patas. Claro que le costó trabajo recuperarme. La verdad es que nunca he tenido miedo a que él se vaya. Desde el primer momento en que lo ví, lo supe.
Para las que se preguntan si es cierto que se siente
¡Claro que se siente cuando se encuentra al indicado! Es como un impulso, un flujo que te entra por los ojos y después se acentúa en todos sentidos. Primero en las cosas más humanas, como el sexo, los abrazos, dormir juntos… Lo ví y supe que era él. No pasó como en una película, solo me vio con un tanto de curiosidad y después de algunos momentos me confesó que era pésimo para ligar (cosa que nunca le he creído aunque el jura que es verdad). Tuvimos una historia de amor truculenta, pero al final el regreso sintiendo que ya me había perdido como para intentar recuperarme.
Derribó sus paredes
Entonces confirmé lo que ya sabía. Una noche después de llevarme a cenar y seducirme, se acomodó en mi espalda y dormimos como si nos conociéramos de toda una vida. Conocí a otro hombre, uno dulce, dispuesto, amable y cuidadoso. El amor duradero solo sobrevive cuando hay cuidado y atención. Es algo que se cultiva todos los días, con acciones y no solo palabras.
Llevamos 25 años juntos
El día de hoy, cuando estoy doblando la ropa de mis hijos ya adolescentes, nos veo en el bar que frecuentábamos siendo los amantes furtivos que éramos al principio. Después los novios yendo al cine, la pareja con su primer departamento y, finalmente, un matrimonio embarazado de nuestra primera hija. Han pasado 25 años y jamás he encontrado un amor tan real como el que mi esposo me ha dado.
¿Cuál es la receta secreta?
- Paciencia. A veces los días pasan de claros a oscuros y nunca sabes dónde vas a acabar.
- Perseverancia. Tanto en el trabajo, en la casa, en estar cerca y en procurar al otro.
- Convivencia. Compartir lo bueno y lo malo. Despertar a la mitad de la noche porque tu pareja tiene fiebre.
- Tolerancia. Se necesita porque nadie es perfecto en esta vida. No obstante, al final si el amor es verdadero se queda a buscar una solución.
¿El secreto para el amor duradero? ¡No darte por vencida! Creer en tus instintos, perdonar las equivocaciones, dar espacio a tu pareja. Vivir en pareja siendo una persona individual con metas. Hoy yo agradezco al hombre de mi vida por nunca haberme pedido abandonar mis sueños. Por darme la mano en el primer aborto y secar mis lágrimas en los malos días. Sobre todo por el amor que todo lo da y nada pide.