Dile adiós a la masculinidad tóxica

Los latinos  somos gente cálida, linda, fuerte y, desgraciadamente, machista. Tanto hombres como mujeres aprendemos y repetimos actos que dañan nuestra autoestima y el futuro de nuestra sociedad. ¿Has escuchado frases como: “ser suficiente hombre” o  “él me hizo mujer”?  En ambas situaciones reside un nivel de violencia que debería escalofriarnos, por eso debemos liberarnos de la masculinidad tóxica antes de que sea demasiado tarde.

Aquello que le enseñamos a nuestros hijos

Miles de familias siguen inculcado en sus hijos algunas conductas machistas. Les enseñan a ser fuertes, toscos, poco expresivos e inmunes a la vulnerabilidad. Así mismo, se excusan y premian las conductas violentas, agresivas e impulsivas. Después nos quejamos cuando los hombres no tienen una relación más cercana con sus hijos. También les reprochamos su falta de tacto para atender situaciones difíciles. Incluso nos sorprendemos cuando resuelven sus problemas con violencia.

 Perpetuando la masculinidad tóxica

Este problema no es exclusivo del género masculino. Las mujeres tenemos mucho que ver en cuanto a la educación y los valores que aprenden nuestros hijos. En muchas ocasiones he visto cómo algunas madres reprimen el llanto de sus hijos. Tampoco les permiten jugar con objetos que no sean “masculinos”. Es decir, si a su hijo le llama la atención algún juguete que no sea un carrito, una figura de acción o algún instrumento relacionado con el deporte, lo reprimen.  Así mismo, se les enseña a ser proveedores, a tener fuerza física, a tener éxito en sus conquistas laborales y personales. En esa lista no cabe el fracaso ni la vulnerabilidad. Si lo pensamos seriamente, se relaciona con el miedo que tenemos a nuestra fragilidad y dualidad como seres humanos. Tanto hombres como mujeres somos fuertes y frágiles a la vez.

Otras formas de ser hombre

 Tanto hombres como mujeres necesitamos acercarnos al concepto de género, entenderlo y modificar lo que nos lastima.  Las mujeres no sólo somos frágiles e indefensas, podemos hacer lo que queramos mediante la constancia y el trabajo. Los hombres son también personas sensibles y frágiles sin que ello represente una amenaza para su masculinidad.