Del amor a la indiferencia solo hay un paso… o tal vez dos

Tiempo, algo de distanciamiento y mucha decepción viví en una relación Tuve un amor perfecto que con el paso del tiempo fue decayendo poco a poco hasta quedar literalmente en la nada.

Dando las cosas por sentado

Es sencillo caer en la rutina, más cuando sentimos que tenemos a alguien que seguirá ahí para nosotros por la mañana. Es triste pero sencillo, pues con el paso del tiempo nos olvidamos de darle la debida atención a nuestra pareja. Cuando decidí terminar mi última relación, él no entendía muy bien por qué había acabado de la “nada”. Me dio por sentado muchas veces.

De la nada…

Cuando acabé con mi relación yo ya estaba muy lejos de él. Fue un proceso muy lento y doloroso. Al final, mi relación no terminó de un día para otro. Llevaba meses distanciada emocionalmente de mi pareja. Me atrevo a decir que incluso años. Si te ha pasado o estás pasando por ello me darás la razón. Es como estar sin estar. Hablamos de nuestros problemas, nos amábamos pero aun así, después de tantos años algo ya estaba roto.

Entendiendo el problema

¿En qué momento se pierde el sentimiento? Es todo un proceso que según mi experiencia va de menos a más. Primero son pequeñas peleas que parecen no tener tanta relevancia. Después el rumbo de alguno de los dos comienza a cambiar o la vida simplemente actúa a favor uno de los dos. A veces, en lugar de caminar con tu pareja terminas arrastrándola. La costumbre, la falta de ganas de uno de los dos para solucionar las cosas comienza a mermar en el otro. Hasta que ambos desisten en el camino.

¿De quién es la culpa?

En una relación la culpa es de ambos. Con el paso de los años he ido entendiendo que tener cualquier tipo de relación humana es complicado. Las relaciones se cultivan todos los días, con atención, amor y, sobre todo, interés. Quizás la parte más difícil que experimenté en mi última relación fue ver cómo todo lo que sentía por él iba muriendo todos los días.

Poco a poco

Primero fueron problemas pequeños e insignificantes, falta de interés por verme porque estaba cansado. Con el tiempo evolucion: pasamos de un “no te veo porque estoy cansado”, a un: “me da flojera verte”. La verdad es que desde qué el comenzó a darme esas muestras de indiferencia algo cambió dentro de mí. Sin darme cuenta de qué tan grave estaba la situación. Me encontré varios fines de semana, inventando trabajo para quedarme en casa y estar sola. Pasó mucho tiempo para que mi relación acabará de esta forma.

Cuando cortamos, yo ya me había ido

En realidad el cambio fue paulatino y significativo. Ambos lo sentíamos, pero ninguno de los dos se atrevía a decirlo en voz alta. Pasamos de ser la pareja de cuento de hadas a una pareja triste que vivía esperando a que ocurriera lo inevitable. Hasta que ya no pude más y decidí acabar con mi relación. No fue una decisión nada sencilla, hablamos muchas horas y terminamos con una relación de muchos años. E realidad yo había salido de esa relación desde hacía mucho tiempo …

El amor se fue por la ventana

Es muy sencillo perderse en el camino. Para el amor no hay peor veneno que el conformismo. Un amor al que se le dejan crecer malas hierbas a los lados es un amor asfixiado, sin nada que hacerle. Cuando comienzas a sentir esa tensión e incomodidad con tu pareja es tiempo de hacer un recuento y poner soluciones. Dejar las cosas para ver si se solucionan solas no funciona y definitivamente eso no te devolverá el amor de tu pareja.