La peleas dentro del matrimonio son simplemente inevitables. Después de algún tiempo viviendo juntos, se darán cuenta de un montón de cosas que no les gustan de la otra persona. No obstante, las peleas constantes pueden convertirse en un verdadero problema. La cuestión no es que discutir esté mal, lo que está mal es discutir acerca de lo mismo una y otra vez sin remedio. Existe una forma civilizada e inteligente de dejar de tener la misma pelea con tu esposo.
Aprende a reconocer patrones
Seguramente tienen un problema específico por el que discuten todo el tiempo, o bien un patrón que se repite. Digamos que él olvida hacer cosas que tú le pides. Acto seguido, lo tomas de forma super personal y te sientes herida al respecto. Entonces, cuando él llega a casa lo primero que haces es regañarlo por cualquier cosa. Luego él se enoja. El círculo vicioso se vuelve a generar porque el deja de escuchar tus reclamos y demás peticiones. Sé una mujer inteligente. Analiza lo que realmente te molesta, quizá no sea que haya dejado la tapa del baño arriba. A veces las riñas diarias tienen más que ver con un problema aún más profundo. Si logras analizar y ubicar los patrones que están conduciéndolos a la pelea, podrás crear un plan para detenerlas.
No discutan mientras están bebiendo
Le pasa a las mejores parejas, y vaya que no hablo de las parejas que se la viven bebiendo a diario. Cuando están fuera cenando románticamente y la botella de vino hace su aparición, los problemas empiezan a aflorar. ¿Por qué? Porque ya ha pasado un largo tiempo sin que ambos hablen de su relación. El alcohol comienza a sacar pedacitos de verdades dichas con mucha malicia en el calor del momento. No dejen que se junten los problemas en el vaso, sé clara con él. Háblalo super directo. Recuerda que los hombres no reconocen las indirectas. Tener la misma pelea una y otra vez con tu esposo es un cuento de nunca acabar. Asume responsabilidad en ello y busca la forma comunicarte con tu pareja.
Hablen claro
Las mejores parejas suelen tener problemas de comunicación. Hay que ser muy pacientes, pues aunque tú le grites que no te sientes bien, él probablemente no sabe qué hacer. Así que a tomar al toro por los cuernos: sé directa y muy fría. Dile: “necesito” o “quiero”. No dejes que el hombre adivine que quieres que te abrace porque el día de hoy te fue muy mal. En casa no existen los adivinos. Si tú no hablas y dices las cosas, tu pareja no va a poder ayudarte. Los problemas se solucionan fácilmente cuando existe una buena comunicación de por medio.
Deja de echarle la culpa a tu pareja
No, él no tiene completamente la culpa. De hecho, en las relaciones de pareja ambos siempre tienen un grado de culpa en los problemas que se pueden surgir en su camino. El matrimonio no es cosa sencilla. Tener la misma pelea una y otra vez con tu esposo es algo que se puede solucionar. No obstante, para ello debes poner de tu parte y la primera cosa que debes evitar es echarle la culpa al otro.