Es probable que en más de una ocasión tengas que llevar a tu hijo a alguna reunión o evento porque no hay nadie más que pueda cuidarlo. Pero, ¿qué pasa si se aburre? No te tortures si eso ocurre, podrías ser benéfico para él más de lo que imaginas.
¿Qué pasa si mi hijo se aburre?
Que tu hijo se aburra no implica nada malo, al contrario, podría ser la antesala a su creatividad. De esta manera conecta con su ser interior y busca actividades que pueda realizar para salir del aburrimiento. En consecuencia, su sistema cognitivo es más tolerante, resolutivo y creativo.
Todo el tiempo queremos estar ocupados en algo
Nuestro cerebro todo el tiempo está funcionando y produciendo algo nuevo, muchas veces sin que que nosotras seamos conscientes de ello. La cuestión es que al intentar mantener la mente ocupada, no encontramos la respuesta o solución que necesitamos. Curiosamente, la respuesta llega cuando estamos en momentos de ocio. Para obtener la respuesta que buscamos debemos dejar que nuestro pensamiento fluya y así nos podremos escuchar realmente.
No programes todo el tiempo de tus hijos
Es importante que los niños tengan descansos entre las actividades que realizan, de esta manera pueden tener ideas grandiosas. Un niño que no se aburre no tiene la oportunidad de conocerse íntimamente. Cuando se aburre, posee la capacidad de desarrollar su autonomía y pensamiento personal además de la imaginación.
Evita recurrir a juguetes demasiado tecnológicos
En los últimos años, las empresas dedicadas al entretenimiento de los niños han sacado una serie de juguetes inteligentes para los pequeños. Bonitos, llamativos y ergonómicos son algunas de sus características para que los niños los deseen. Sin embargo, este tipo de juguetes en vez de ayudar muchas veces entorpecen el proceso. No dejan que tu hijo imagine o tome decisiones propias porque todo ya lo indica el juguete. Incluso las laptops o smartphones son malos en estos casos.
Si tu hijo se aburre, déjalo, de esta manera buscará en qué entretenerse y adquirirá nuevas habilidades.
