Te guste aceptarlo o no, la maternidad es una etapa bastante graciosa. Aunque también puede hacerte sentir penita. No hablo de que los hijos te hacen avergonzarte. Más bien hablo de todo lo que los niños suelen decir en el momento menos esperado y nos meten en aprietos. Al final de leer estos comentarios recopilados entre mis amigas mamás, vas a recordar más de uno que te ha pasado a ti. ¿Prometes que me lo compartes al final?
“¿Por qué te sale sangre de ahí abajo?”
Cuando mi hijo empezó a caminar iba conmigo a todas partes. En uno de esos momentos, decidió acompañarme al baño y yo estaba en mis días. Antes de eso nunca había visto que usara toallas sanitarias y mucho menos la sangre. Yo, por andar a las prisas y quizá despistada, dejé pasar ese pequeño detalle y fui con él al baño del restaurante. Cuando miró la ropa interior, él sorprendido y asustado me preguntó: “¿Por qué te sale sangre de la colita?”. Lo único que pensé en responderle en ese momento fue que no tenía un bebé dentro. Ja, ja, ja.
“¿Esa señora es la que te cae mal?”
Si algo hizo sentir penita a mi amiga fue cuando la señora que le caía mal, lo supo. Se enteró gracias a su pequeña hija. Esa tarde mi amiga y su hija fueron a la panadería. Mientras estaban en la fila para pagar, se formó una vecina atrás de ellas. Mi amiga la saludó, pero acto seguido su hija comentó: “Mami, ¿por qué la saludas si es la señora que te cae mal?”. Mi amiga solo quería que la tierra la tragara.
“¿Por qué ese niño sí fuma?”
Otra de mis amigas del círculo de mamás contó que fue al parque con sus hijos. El más pequeño aún no descubría que todos los seres humanos somos diferentes y únicos. Justo ese día, en el parque, andaba un enanito fumando. Cuando el niño lo vio fumando fue muy alarmado con mi amiga y le dijo: “¡Mamá, ese niño está fumando!”. Mi amiga se sintió apenada, pero a la vez le causó un poco de gracia el comentario.
“Cómprate calzones, mamita”
Gracias a que tengo un círculo de amigas mamás, podemos compartir experiencias sin igual. En el caso de esta amiga, su esposo siempre le hacía comentarios sobre que tenía que comprarse ropa interior. Él lo decía haciendo referencia a que quería que ella le modelara nuevas prendas. Sin embargo, su hijo lo entendía como que a su mamá le hacían falta calzones. Luego de eso lo andaba divulgando con sus amigos o las mamás de ellos.
“Hablamos de tu nombre, no de tu cara”
La hija de una de mis amigas conocía a un amigo de la familia como Neto. Ella creía que ese era su nombre, hasta que un día él le dijo que su nombre era Ernesto. Le preguntó: “¿De qué me ves cara tú?”. (Haciendo referencia a Neto y Ernesto). Ella le respondió: “Te veo cara de perro bull dog”. Mi amiga soltó la carcajada, mientras que él se quedó con cara de what!
“¡Ya llegó el payaso!”
El niño fue con sus padres a una fiesta infantil. La fiesta era muy divertida, con los inflables y todos los juegos que había. Luego de un rato, los niños esperaban con ansias la llegada del payaso. Estaban esperando cuando pasó por ahí una señora con mucho maquillaje. Al verla, el hijo de mis amigos exclamó: “¡Ya llegó el payaso!”. Eso hizo sentir penita a mis amigos.
“Chúpala que chúpala”
Si hay una canción que esté de moda entre los niños es Chúmbala cachúmbala. Se acostumbra en época de muertos y aunque ha ido variando con el paso del tiempo no deja de estar en el gusto de los peques. Cuando mi hijo estaba más pequeño y empezaba a hablar, obviamente no siempre se le entendían lo que decía. Un día cantaba muy emocionado “chúpala que chúpala” y la gente volteaba a verlo con cara de what! Obviamente yo ya sabía de qué canción se trataba, pero no cabe duda de que la gente estaba lista para armar tremendo chisme.