Cosas aterradoras que pasan cuando te vas a vivir sola

Cuando tomé la decisión de irme a vivir sola, jamás me hablaron de las cosas aterradoras que podían pasar. Bueno, tal vez exagere un poco al llamarlas de esa forma. Al contrario, agradezco que hayan pasado, pues solo así valoré todo lo que había tenido hasta ese momento. También sirvió para que valorara aún más todo el esfuerzo de mis padres por darme lo que necesitaba.

No me alcanza para nada extra

Entre las cosas aterradoras de vivir solas, lo que más me afectó fue que ya no podía comprar nada más de lo necesario. Digo, tal vez antes no me daba cuenta de ello porque mis papás me apoyaban en todo. Ahora que tomé las riendas de mi vida y me fui a vivir sola, tuve que ajustarme a lo que tengo y lo que necesito. Ya habrá algún momento en el que todo se reajuste y pueda darme los lujos de un dulce o una blusa nueva.

Mi refri está vacío

Sí, por más que mis papás me dijeran que vivir sola no era un asunto sencillo sino todo un reto, jamás imaginé la magnitud. No tenía una idea clara de todos los gastos de los que tendría que hacerme cargo yo sola. Una vez que salí de casa entendí que no se trata sólo de comida y tener una cama. ¡No! También hay que pagar los servicios, comprar alimentos y productos para la higiene. De verdad es bastante.

Perdón por no tener mesa

Otra de las cosas aterradoras que sucedió fue cuando mis amigos comenzaron a ir a mi casa. La pasábamos muy bien, pero de vez en cuando necesitábamos una mesa. Sobre todo para comer. Sin embargo, ellos me hicieron sentir cómoda al decirme que no iban a casa a juzgarme, sino a pasar un rato ameno conmigo.

Ya no quiero comer lo mismo por tercer día consecutivo

Cuando empezaba a preparar mi comida, no tenía idea de cuánto tenía que preparar. Estaba acostumbrada a grandes cantidades, pues cuando lo hacía en casa siempre era para muchas personas. Ahora, sólo era yo y en más de una ocasión tuve que comer por más de tres días el mismo guisado.

Mis sábanas viejas pasaron a ser cortinas

Recuerdo que los primeros meses, tuve que aprender a administrar mis finanzas para que pudiera alcanzarme para lo importante y lo secundario. Durante ese tiempo, como no tenía cortinas, tuve que reusar unas viejas sábanas que me ayudaron más de lo que hubiera imaginado.

¿Puedo sacar crédito para comprar lo elemental?

Como mi sueldo apenas me alcanzaba para comer, tuve que recurrir a mis padres para que me prestaran su crédito y así poder comprar un refri, una parrilla y una lavadora. Obviamente les fui pagando y tiempo después logré hacerme de mis demás cositas.