Hay quienes dicen que entrenar la mente es una de las cosas más complicadas y puede que sea cierto. Somos buenos para actuar de manera impulsiva, para decirle a los demás cómo deben actuar o qué deben hacer. Lo malo es que muchas veces nosotras mismas saboteamos nuestros planes por culpa de nuestra mente. Créeme, te lo digo porque muchas de las cosas que deseaba, fracasaron por culpa de las cosas que tenía dominando mi mente.
Controla tu mente o ella te controlará a ti
Muchas veces he escuchado a la gente decir eso y hasta parece gracioso, pero es la realidad. Cuando dejamos que nuestra mente trabaje y trabaje sin descanso alguno, luego de un rato ya nos sentimos cansadas o con dolor de cabeza. Lo irónico es, ¿por qué dejas que tu mente fluya y fluya? ¡Si tú eres quien tiene el control de ella! Así es, cuando te das cuenta de que tú eres quien le pone el acelerador o el freno, no vuelve a suceder eso. Antes, en más de una ocasión pasaba noches en vela porque mi mente se la pasaba trabajando. Lo peor era la mañana siguiente, en la que me sentía devastada.
Sólo tú debes tener el control de tu vida
La parte más importante de entrenar la mente, es tener en claro que la única que dicta sobre ella eres tú. Como dije, tú eres quien decide lo que va a pasar. Si deseas alterarte todo el tiempo, no le pondrás un alto a todos los pensamientos que puedan bombardearte noche con noche. Teniendo el control de tu mente, es un hecho que tendrás el control de tu vida, pues la única que sabe cuál es el mejor camino para llevarte eres tú misma, no los demás.
Sé responsable de lo que te corresponde
Es muy fácil que culpemos a otros de lo que sucede en nuestra vida. Mejor decir que fulanito no fue lo suficientemente rápido para que yo hiciera mi parte, X o Y. Sin embargo, parte del crecimiento psicológico es ese: en el que cada uno asume lo que le corresponde. Yo he aprendido que si las cosas no salen es porque yo he hecho algo mal, antes de culpar a terceros. Por ejemplo: si llego tarde al trabajo, no es culpa del chofer que va lento o del tráfico. Si sé que salgo en hora de mucha concurrencia, procuraría salir antes para evitar todo ese caos de cada mañana.
Bye pensamientos negativos
Otro de los puntos importantes que he descubierto para entrenar la mente, es dejar de pensar en todo lo malo. Es un hecho que no todos los días son perfectos, pero tampoco son una desgracia (a menos que los quieras ver así).
No te estoy diciendo que de un día para otro ya serás una mejor versión de ti. Lograrlo requiere empeño, constancia y muchas ganas de ver el cambio. Así que en lugar de querer darte por vencida, sigue con la frente en alto y cree en ti. Eso es lo más importante.