Cómo lidiar con personas y situaciones difíciles sin acabar deprimida, enojada y con colitis

Es inevitable, la vida no puede girar todo el tiempo hacia vientos favorables. De repente, por ahí te encuentras una que otra piedra en el camino. Personas y situaciones difíciles que te roban tiempo, energía, muchas veces son las culpables de terribles males o enfermedades. Gracias a Dios hay muchas acciones que te pueden ayudar a cambiar el viento a tu favor, aún en los tiempos más oscuros.

Con mucho amor

Solo la vida sabe por qué, pero a veces en la escuela o en el trabajo te encuentras con personas con las que no más no congenias. Usualmente estas personas chocan contigo porque tienen una o varias características parecidas a las tuyas o son polos opuestos. Estas personas pueden ser las causantes de tus malos días… ojo, solo si las dejas. Con el tiempo, he aprendido a lidiar con personas bastante difíciles, y creo que por fin he encontrado la forma para que estas no se metan con mi humor ni con la calidad con la que llevo mis días. la clave es con mucho amor, lo contrario a lo que normalmente damos a estas personas.

No reacciones como la gente normal

Es lo que me decía una gran maestra y amiga. Con el tiempo empiezas a aprender a reaccionar a los estímulos externos para bien o para mal. Si lo haces de forma consciente lo único que vas a lograr es una mejor calidad de vida. Cuando te encuentres a una persona difícil no reacciones ante sus agresiones, tampoco lo hagas con las malas situaciones. Eres dueña de tus emociones y solo tú puedes decidir si le das importancia a la persona o situación. Simplemente da la vuelta, no digas nada, responde con amor y recuerda que nadie puede ver las batallas a las que se enfrentan los demás a diario.

Si te están poniendo el pie

Que así sea, no te enojes. Las cosas siempre caen por su propio peso. Tienes que encargarte solo de ti misma. De ser feliz, estar tranquila y hacer tu mejor esfuerzo. No olvides que hay más puertas delante de ti para que las abras cuando tú quieras. Estas puertas llegan y se entreabren cuando no te enganchas a una relación, un trabajo, una persona, etc. Deja que las personas externas piensen y sean ellas mismas. Tu amor propio y la luz que emanas cuando haces las cosas con amor se notan y son suficiente. Aunque la persona logre su cometido y terminen corriéndote de la chamba o la deuda se te venga encima, no puedes depender de los estímulos externos para estar bien.

Aprende a decidir en qué gastas tu energía

Hablar mal de la persona que te hace la vida de cuadritos no sirve de nada, solo le estás impregnando energía. Así que déjala a su suerte. No inviertas energía a lo que no vale la pena. Si tienes un problema y le das vueltas y más vueltas, lo único que haces es enredarlo más. Es mejor idea que inviertas esa energía en moverte a otro lado y disfrutar de la vida que es corta. Disfruta tus días, sé más fuerte y no dejes que te impregnen la oscuridad.

Todos tenemos un límite

Chica, no estás anclada a nada. Ni a un trabajo, ni a tu familia, tu jefa, la vecina, el banco. No te aferres a nada terrenal, aprende a vivir amando la sencillez de tu día a día. Agradece todo lo que se te pone enfrente, incluyendo a las pruebas difíciles, a la gente que no es tan grata. Aprende de ellas y no dejes que nada ni nadie apague tu luz.

Aprende a lidiar con las personas o situaciones difíciles a tu alrededor. No seas la víctima de nadie, con amor y agradecimiento la vida cambia radicalmente.