Suele decirse que los niños son como esponjas puesto que son capaces de captarlo todo. La capacidad de aprendizaje y de asimilación del saber de un niño es increíble. En el caso de una pequeña niña rusa llamada Bella, eso queda más que claro.
Con apenas cuatro años habla y entiende siete idiomas diferentes: inglés, alemán, chino, español, francés, árabe y ruso que es su lengua materna.
Su mamá, Yulia Deviátkina, ha relatado cómo es posible que su hija sea la políglota más joven del mundo. Para empezar, ella comenta que desde pequeña hubo un interés por incorporar a la pequeña a clases particulares de idiomas.
Sus inicios en los idiomas
Yulia comenta que cuando su pequeña hija tenía solo nueve meses la escuchaba hablar en francés y reaccionaba con alegría desde su cuna. También cuenta que al inicio no tenían idea de cómo empezar a enseñarle a su hija los idiomas.
Primero comenzó con clases de inglés particulares y los resultados fueron muy rápidos y efectivos. Después de un año, Bella ya entendía muy bien el inglés. Así que su propia madre comenzó a enseñarle francés.
La rutina de Bella
Sus padres comentan sobre la rutina de su hija que Bella tiene entre dos a cuatro clases con duración de seis horas: tres por la mañana y tres por la noche.
La pequeña de cuatro años juega y hasta de esto saca un aprendizaje, ya que va nombrando todo en distintos idiomas, desde la comida que le dieron de almuerzo, hasta la muñeca que le regalaron. Así, Bella practica a todas horas sin darse cuenta.
La idea de sus padres no es hacer de Bella una máquina de aprender idiomas, sino una mujer que sea capaz de cruzar fronteras. , de conocer distintas culturas sin las barreras que impone el lenguaje.