¿Asustas a los hombres? Uno pensaría lo contrario. Eres exitosa o independiente, estudiaste una carrera, compraste tu carrito o tu casa es propia, tienes un buen puesto, o tal vez eres emprendedora. Bueno, aunque usted no lo crea, todos estos atributos asustan a los hombres.¿Qué? Sí, leíste bien, sigue adelante, hay una solución, bueno más bien es una prevención.
¿Por qué los hombres se asustan?
Ahí te va: si eres hombre (como yo) y naciste feo (como yo) cuando llegas a la pubertad te das cuenta de que tienes que hacer algo para competir con los demás hombres. Algunos aprendemos a tocar un instrumento musical, otros empiezan a ir al gym o se vuelven chistosos. Todos empezamos a pensar en que es imperativo tener éxito y hacer dinero. Mientras tanto, las chicas tienen un entrenamiento muy diferente al nuestro, que, entre otras cosas, incluye la virtud de la honestidad. Virtud que en el caso que nos atañe aquí no es la mejor de las ideas (ya sé, ya sé…)
¿Entonces qué pasa?
Primera cita: Él llega listo para impresionarla con su carrito, su relojito de marca, su invitación (pagar la cena) y su puesto como subgerente en una empresa. En eso llegas tú, en un mejor carro (propio), con un puesto más alto, insistes en pagar la mitad de la cuenta y tu tarjeta es una platino, mientras que la de él es la del cochinito azul. ¡Ups! Para colmo, la semana pasada se te ponchó una llanta y la arreglaste sola, sin pedirle auxilio al “príncipe azul”.
¡Ay, ya lo asustaste!
¿Cómo te va a conquistar si no lo necesitas? ¿Cómo te va a impresionar con su carrito si el tuyo es mejor? ¿Cuéntame cómo te va a presumir su puesto si tú eres CEO? Pues no… La estrategia combativa para el futuro es la siguiente. Ligarse o conquistar a alguien es parecido a una venta. En las ventas tratamos de omitir lo “malo” que pudiera tener el producto, como que sea caro por ejemplo. No, no vas a mentir, solo vas a decir lo positivo en las primeras citas y vas a dejar lo “negativo” para alguna cita más adelante cuando nuestro “cliente” ya esté muy interesado. Recuerda que las virtudes mencionadas en el primer párrafo pueden convertirse en objeciones si se mencionan antes de tiempo.
Tranquila no te preocupes, los hombres hemos hecho esto desde el principio de la eternidad. ¿Acaso has conocido a un hombre que en la primera cita te diga que es celoso, posesivo y no tiene en qué caerse muerto? ¿No, verdad? Solo es cuestión de estrategia, querida. Si asustas a los hombres hay estrategias que hará que en lugar de asustarlos los atraigas.
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