Algunas personas tienen muy claro lo que quieren en su vida, otras no tanto pero aun así tienen sueños. Todos sabemos más o menos lo que nos haría feliz. Así que vamos buscando por dónde ir para lograrlo. ¿Qué pasa entonces cuando logras todo lo que querías pero no eres feliz?
No tomas decisiones
Puede pasar que ya tengas todo eso que creías desear: dinero, amor, trabajo, carrera, familia, ¡yo qué sé! Ahora quizás ya no sientas que debas tomar más decisiones sino dejar fluir todo. ¿Eso crees?, pues no debe ser así. Es decir, aunque ya tengas lo que habías soñado antes, ahora seguramente tienes otros deseos, ¿no? Entonces no creas que por haber cumplido esto, ya todo terminó. No dejes que el tiempo se encargue de nada y toma decisiones. Si no sabes lo que te haría más feliz, entonces es preciso ir en busca de esa motivación.
Miedos
Quizás lo que te acongoja y no te deja decidir o tomar las riendas de tu vida son los miedos. Todos tenemos miedo a algo, incluso al éxito, pero ése ya lo tienes. Si ya has logrado tus metas, ¿a qué le temes?, ¿ a ser feliz? Ahora lo único que falta es que quieras ser feliz con todo eso que has logrado. ¡Olvídate de los miedos!
Ya no es suficiente
También pasa que por más que consigamos lo que queremos, nunca es suficiente. Así que ahora que lo tienes todo, en realidad no es todo porque ahora quieres más y más. Entonces no te sientes satisfecha. Bueno, pareciera una contradicción que antes te dijera que debes continuar soñando y ahora ya no, pero es distinto. Es decir, podemos llegar a un punto de nuestra vida en el que ya nos sintamos completas pero eso, por consiguiente, nos hará sentir plenas. Así que, si no nos sentimos satisfechas es porque a lo mejor ahora soñamos algo distinto y es bueno seguir luchando por ser feliz. La diferencia está en cuando creemos tenerlo todo pero solo queremos cantidad y no nos complace nada. Eso se llama avaricia y nos da infelicidad. No busques cantidad, sino lo que te haga feliz.
No valoras ese “TODO”
Tenerlo “todo” es relativo, cada quien sabe lo que compone esa totalidad. Así que eso que tanto quisimos debemos valorarlo. Siempre debemos estar conscientes de lo afortunadas que somos por tener una u otra cosa. Además, debemos recordar cuando no lo teníamos, qué era lo que nos motivaba a tenerlo. Así podremos recordar cuán valioso era obtener ciertos logros.
No importa si nos falta algo, valoremos lo que tenemos y seamos felices con eso. Claro que eso no significa que debamos dejar de luchar por eso que nos falta. Siempre para lograr ser felices pero en esa búsqueda no tienes que ser infeliz porque también el camino es maravilloso.