Así se siente salir con chicos pretenciosos

Salir con chicos no te garantiza encontrar el amor o siquiera un amigo; sin embargo, si obtendrás muchas experiencias. Sé que tanto hombres como mujeres poseen ciertas características que no son muy buenas. Algunos podemos ser desesperados, necios, arrogantes o muy sensibles. Sin embargo, hay una clase de personas que hasta el infierno las escupiría. Sí, me refiero a las personas pretenciosas. Aquellas que creen ser mejores que los demás por lo que ven o escuchan. Yo alguna vez salí con un chico así, esto es lo que se siente…

Todo comenzó cuando…

Iba a la preparatoria. En esa etapa de mi vida era algo reservada con los desconocidos. Sin embargo, asistía a muchos talleres de literatura y cine. En ellos conocí a toda clase de personas. Algunas tenían un genuino interés por la materia. También estaban los que asistían por créditos extra. Había los desventurados obligados a ir por algún amigo y la temida especie de los pretenciosos. La verdad es que los talleres eran buenos, pero el ambiente era denso, todos se peleaban por ver quién sabía más. A veces hasta los maestro eran arrogantes y se reían de nuestras opiniones.

Al inicio todo se siente bien

Por cuestiones legales le diremos Juan al chico de esta historia. Conocí a Juan en uno de estos talleres. Un día estábamos discutiendo acerca de un cuento y comenzamos a pelear un poco. Después se sentaba al lado de mí y comenzamos a platicar. Eso nos hizo darnos cuenta de que vivíamos muy cerca el uno del otro. Por tanto, comenzamos a ir y a regresar juntos de la escuela. A mí me encantaba platicar con él porque le gustaban las mismas cosas que a mí. Pasábamos horas platicando de libros , discos, películas y cosas triviales, en ese sentido todo parecía ir bien…

Las primeras impresiones no son reales

Cuando ambos han salido un par de veces todo se ve y se siente bien; sin embargo, nunca terminas de conocer a una persona. Al principio todo iba de maravilla, salíamos mucho y pasábamos tiempo juntos. No obstante, no siempre respetaba mis opiniones en cuanto a lo que me gustaba o no y comenzó a criticarme. Ya nada le parecía digno de su intelecto, me decía frases como: “Neta, ¿te gusta eso?”, “es nefasto”, “qué culto”.  En serio era desquiciante. Además, cuando yo intentaba hacer algo similar, él se enojaba y hacia un berrinche.

Bye, boy

Desde ese momento todo comenzó a ir mal entre nosotros. Yo prefería ver, escuchar y leer todo sin avisarle. Ya no me gustaba platicar o debatir con él porque, según su opinión, mi música era mala, no tenía estilo o era muy popular. Cada vez que nos veíamos peleábamos por todo y yo ya no me quedaba callada. Decidí dejar de hablarle y así terminó todo. No sé qué hubiera sido de nosotros si hubiéramos decididos ser novios. De lo que sí estoy segura es que nadie tiene derecho a criticarte por lo que te gusta o lo que no. Tampoco nos hace mejores o peores personas. Por tanto, si conocen a alguien así, mejor aléjense…