En cada cultura existen leyendas que se van pasando de generación en generación para dejar una enseñanza. Es el caso de la leyenda de la mariposa azul que proviene del Oriente. Hasta el día de hoy, es muy importante y valiosa por todo el aprendizaje que puede dejar. ¡Pon atención!
La leyenda dice…
Hace algunos años, en una ciudad muy lejana, un hombre enviudó quedando a cargo de sus dos hijas. Él se encargó de cuidarlas y darles todo el amor y cariño necesario para su desarrollo. Las niñas eran muy inteligentes y curiosas, como todo niño. Jamás se cansaban de aprender, sino por el contrario, querían saber más y más.
Muchas preguntas
Todos los días tenían preguntas nuevas que hacerle a su padre. Había veces en que él podía resolver sus dudas sin problema alguno. Otras veces no era capaz de hacerlo y las niñas se quedaban con esa duda. Un día, el padre tomó una decisión, las enviaría a vivir por un tiempo con un sabio anciano. Sabía que él sería capaz de resolver todas sus dudas de sus hijas.
Niñas astutas
El anciano respondía todas y cada una de las preguntas, pero las niñas querían más. Empezaron a planear cómo lograr que el anciano no acertara con su respuesta o no supiera qué decir. Maquinaron la pregunta perfecta y pusieron manos a la obra. A la mañana siguiente, una de las hermanas fue al bosque a capturar una mariposa azul. Ella le preguntaría al anciano si la mariposa que tenía en su mano estaba viva o muerta. “Si responde que está viva, apretaré mi mano para matarla. Si dice que está muerta, la dejaré libre”.
Mariposa azul
Cuando fueron a ver al anciano, le preguntó la hermana si la mariposa que tenía en su mano estaba viva o no. El sabio, sonriente respondió: “depende de ti, ella está en tus manos”. Analizando esta leyenda nos damos cuenta de que la mariposa representa nuestro presente y futuro. Está en nuestras manos y depende sólo de nosotros lo que pase. Hay personas que no quieren tomar control de sus vidas y la dejan en manos de otros por miedo. Sin embargo, cada una de nosotras tenemos la opción de aplastarla o dejarla libre, como a la mariposa. Es únicamente nuestra decisión.