Amo despojarte poco a poco de tus prendas para tenerte solo para mí

Es hermoso despertar cada mañana cerca de ti, respirar tu aroma, sentir tu piel y tenerte para mí. Cuando despierto antes que tú, no pierdo el tiempo y observo cada detalle de tu ser. Me gusta grabar en mi memoria cada centímetro de tu piel. Tus cabellos enredados, tus labios un tanto secos. Amo cada vez que abres los ojos, pues me encanta lanzarte miradas picaronas. Sabes que lo único que deseo es despojarte poco a poco de la ropa que traes, para hacerte mío una vez más. Lo mejor, lo mejor es que tú me correspondes…

Sonríes

Esa sonrisa que tienes es mágica, me hipnotiza y me hace desearte aún más. Me tomas entre tus brazos, me llenas de besos y de un momento a otro, ya me tienes algo húmeda. Increíble, pues aún no hemos empezado el juego y mi ser ya pide a gritos que estés en él. Una de tus manos queda a la altura de mis senos, comienzas a estimularlos, mientras la otra mano baja hasta mis bragas. Cuando las tocas, esbozas una leve sonrisa, pues ya sientes mi humedad. Tus dedos hacen magia y, al unísono, tus manos, tu boca y la mía se juntan para darle más chispas a esa magnífica conexión.

Chispas y miles de emociones en un solo momento

Ya nada nos importa. Hemos dejado de lado la pena de vernos recién despertados. Nuestra pasión y amor son tantos, que no perdemos oportunidad alguna de devorarnos por completo. Mientras tus dedos juguetean con mi clítoris, siento como tu pene se empieza a poner duro, como a mí me gusta. Nuestra respiración comienza a sonar agitada y eso nos excita aún más. Sabemos que eso significa que estamos haciendo las cosas bien y que nuestros cuerpos solo piden estar juntos una vez más. Por un momento detienes tu trabajo en mis pechos y decides hacer algo más atrevido. Dejas de besarme y comienzas a besar y a morder mi cuello, bajas a mis pechos mientras yo gimo de placer. Llegas poco a poco más abajo besando mi abdomen y luego llegas a mis ingles. Grito, comienzo a retorcerme entre las sábanas, tu lengua ha comenzado a juguetear con mi clítoris y sabes que eso me fascina.

Gemidos y sincronía

Sabes que lo mejor está por venir, así que tomas mis manos e impides que pueda moverme por completo. Me estimulas tanto, que en menos de lo que imagino, mi espalda se arquea por completo, haciendo que quede muy cerca de ti. Puedo sentir tu calor, tu deseo carnal, mientras que tus ojos se llenan de unas ganas que solo pueden quedar satisfechas de una manera. Dejamos la penetración para el final, pues nos gusta disfrutar de nuestros cuerpos, de nuestro olor, de nuestras miradas, de nuestras ganas. Aún con tus manos sosteniendo las mías, haces que me monte en ti y me pides que me mueva. Hago movimientos de un lado a otro, de arriba hacia abajo, mientras veo tu cara llena de placer. Rápido, lento, rápido, lento, ese es el secreto para que puedas disfrutar tanto como yo. De un momento a otro, los dos estamos tan excitados, que comienza nuestra explosión de placer. Nos abrazamos, nos besamos, sonreímos y descansamos un poco. Sabemos que ahí no terminan nuestros buenos días… Y volvemos a comenzar.