Hay que reconocer que como mamás, a veces los días son bastante complicados. Más ahora con esto de la pandemia, tenemos que hacer las cosas del trabajo, de la casa y estar pendientes de los hijos. Cuando nuestros hijos son pequeños, son más demandantes en todo momento. A la hora de comer, a la hora de jugar, a la hora de ir al baño y a la hora de dormir. A veces nos cuesta trabajo dejar de hacer nuestras cosas porque sabemos todo lo que eso implica: menos horas de dormir, más estrés y otras. Sin embargo, cuando tu hijo se vaya a dormir, aprovecha para ir a acostarte un rato con él. Créeme, es la mejor inversión de tiempo que tendrás en tu vida. Ya me agradecerás en unos años.
Es un momento de ustedes
Si acompañas a tu hijo a su cama, no se trata sólo de ponerlo a dormir y ya. Aprovecha ese tiempo para leerle un cuento, si él aún no habla, platícale de tu día o de cómo te sientes. Cántale un poco y apapáchalo mientras lo arrullas. Olvídate de la idea de que lo estás mal acostumbrando, eso no es verdad. Obviamente para que funcione, debe él dormir en su espacio y tú en el tuyo. Pero justo por eso, al irlo a dormir comparten un momento que le hace más amena la noche.
Investigación
Algunos investigadores aseguran que acompañar a los hijos a dormir no tiene impacto negativo en su conducta o desarrollo cognitivo. Lo que sí sería dañino, es que tu hijo duerma contigo en tu cama. Así que asegúrate de que ese rato que comparten, lo disfruten y lo hagan único. Llegará el día en el que el pequeño se irá solo a dormir, sin tu ayuda y eso está bien; significa que está creciendo de manera segura.
Apego seguro
Contrario a lo que imaginas, el apego seguro es favorecedor para los hijos. Les ayuda a tener más independencia en toda su vida. Además, tienen más probabilidades de regular sus emociones y tener mejor autoestima. Además, saben manejar de mejor forma el estrés y sus relaciones con familia y amigos son buenas.